Valverde al acecho
Sprint de Viviani ● Kwiatkowski marcó al murciano ● Hoy, meta en alto
El pelotón se presentó en Alhaurín de la Torre con veinte minutos de retraso. El calor de Andalucía (más de 30 grados), el viento de cara, la fatiga de final de temporada… Todo suma. Al frente de ese pelotón llegó Elia Viviani, el sprinter más acreditado de la ronda española, vencedor este año de cuatro etapas en el Giro. El italiano se impuso con autoridad a su compatriota Nizzolo; a Sagan, que ayer ya asomó la cabeza, y a Bouhanni. En esta edición sí hay velocistas de prestigio en la Vuelta.
Antes del anunciado sprint, la etapa volvió a exhibir a un puñado de aventureros, tres de ellos repetidos del día anterior. Y otra vez tuvo presencia de los cuatro equipos invitados. Siempre agradecidos. Uno de esos repetidores fue Luis Ángel Maté, que consolidó el maillot de la Montaña al coronar en cabeza los dos puertos del día. El Lince corre en casa, por las carreteras de Málaga y Granada que se conoce al dedillo. Y este año renunció al Tour sólo por llegar fuerte a la Vuelta. Parece que lo ha conseguido. Y se está divirtiendo.
Michal Kwiatkowski, que sigue líder, es el último campeón del mundo que no se llama Peter Sagan. Antes del triplete encadenado del eslovaco, el polaco venció en Ponferrada 2014. España se le da bien. Aquí ganó la Clásica de San Sebastián, el año pasado, y fue líder de la Vuelta, hace dos. Entonces se enfundó la prenda el segundo día y lo perdió el tercero. Ayer ya superó esa marca, con dos jornadas de rojo. Seguramente habrá más. Kwiatkowski nunca ha lucido en las grandes, más allá de su excepcional trabajo, normalmente para Froome. Lo suyo son las clásicas: Amstel, Harelbeke, San Remo, Strade Bianche… Su mejor puesto fue un undécimo en el Tour 2013. De ahí que las previas no le consideraran favorito. Eso no quiere decir que no pueda ganar la Vuelta. Con el método Sky, Geraint Thomas se acaba de coronar en París. El polaco no es peor ciclista. Así que vamos a empezar a llamarle familiarmente por su apodo, Kiato, más corto, por si le tenemos mucho tiempo por aquí.
“Hasta Madrid, sí”. Kiato afronta hoy la primera llegada en alto en La Alfaguara: 12 kilómetros al 6%. No es un puerto duro, pero con el martillo del calor puede hacer daño, como ya ocurrió el segundo día en el Caminito del Rey. El Sky está acostumbrado a arropar a un líder, a controlar la competición… Es como mejor sabe correr. El Movistar ha demostrado también que quiere las riendas. Ayer se le vio en cabeza en los últimos kilómetros, para evitar sustos. Igual que se vio el marcaje final Valverde-Kwiatkowski. La meta granadina, en la tierra que sepultó a Federico García Lorca, espera otro duelo entre estos dos equipos y estos dos corredores, como ya pasó el domingo. Valverde ganó entonces la partida y ahora se mantiene al acecho, a 14 segundos. No descarten que ambos vuelvan a pujar por esta cuarta etapa.
¿Y por la Vuelta? Aún es pronto para aventurarnos a tanto. Aunque el líder ya ha dado alguna pista. Kwiatkowski corrió su primera campaña de profesional en 2010 en el Caja Rural. Por eso entiende bien el castellano. Y lo habla un poco. Juan Carlos García pactó preguntarle ayer en español en la entrevista después de la etapa, mientras que él respondía en inglés. Hasta que el reportero de TVE le preguntó sobre sus ambiciones. Entonces sí contestó claramente en español: “Hasta Madrid, sí”.