Un ambiente ‘caliente’ en una final para el Sevilla
La Junta del lunes enrarece un partido vital en Nervión
Sí o sí”, como se habría escuchado hace años en las oficinas del Sánchez Pizjuán, el Sevilla está obligado a ganar al Krasnodar (62 en el ranking UEFA de 2017-18 y 44 en el general de los últimos cinco cursos) para estar en los dieciseisavos de final de la Europa League sin mirar el resultado del Akhisar-Standard. Irregular toda la primera fase, con dos derrotas en Rusia y Bélgica, el Sevilla llega en una posición incómoda y en un contexto algo complicado. La Junta del pasado lunes destapó ya con luz y taquígrafos que la venta es una posibilidad muy real. El oscurantismo de los mayores accionistas, que llevan meses posicionándose en el proceso, ha puesto al sevillista de base de mal humor y la brillante trayectoria deportiva amenaza con ser tambaleada por la realidad social. Otra cosa es que el equipo, cumplidor hasta ahora en el campo, merezca esa atmósfera. No es descartable, pues, que se seleccionen los momentos de protestas o, directamente, se eviten.
El Sevilla-Krasnodar se juega, pues, bajo cierta amenaza de protesta general en la grada, pero hoy lo sustancial está en el césped. Hay mucho dinero en juego pero, sobre todo, el prestigio del pentacampeón. Caer sería un batacazo. Machín, que conoce la historia que se ha procurado el Sevilla en la competición, ya ha agotado el comodín de las rotaciones en partidos anteriores. Esta tarde (ojo al horario, 18:55 horas) irá con todo: Banega, Promes, André Silva y Ben Yedder. No tendrá, sin embargo, a Sarabia. El pegamento del equipo cumple sanción, Una ausencia que le permitirá ‘liberar’ a Mudo Vázquez. El Krasnodar, está virtualmente clasificado pero tiene jugadores como Cueva para preocupar. Todos alerta.