El COI garantiza el boxeo en los Juegos de Tokio
Tranquiliza a los países tras suspender a la AIBA
EI boxeo formará parte de los Juegos Olímpicos de 2020. Según ha podido saber As, el Comité Olímpico Internacional (COI) está enviando ese mensaje en los últimos días a las federaciones nacionales que han mostrado su inquietud. El COI quiere tranquilizar así a los púgiles que en medio del ciclo olímpico han visto como su deporte ha sido puesto en jaque. Estarán compitiendo en Tokio.
El 30 de noviembre el COI congeló todas sus relaciones con la AIBA (organismo que regula el boxeo olímpico a nivel mundial) para abrir una investigación que culminará en junio de 2019. Las pesquisas se centran en la delicada situación económica (AIBA tiene una gran deuda y no existen auditorias públicas) y la ética, ya que el presidente del organismo, el uzbeko Gafur Rakhimov, está considerado “un criminal internacional” por el Departamento de Estado de Estados Unidos. Ambas situaciones han provocado una gran intranquilidad en el COI, que ha esperado a que Rakhimov haya sido reelegido (4 de noviembre) para actuar.
Parado. Mientras la investigación está en curso, la AIBA ha decidido paralizar la clasificación para Tokio, aplazando hasta la resolución final del proceso todos los campeonatos que organizaban, ya que si las conclusiones del COI son desfavorables, la AIBA quedaría fuera del movimiento olímpico. En ese caso, el máximo organismo olímpico se ha comprometido a buscar una solución de cara a los próximos Juegos.
En ese punto, el Consejo Mundial de Boxeo y la Asociación Mundial de Boxeo han tomado la delantera, ya que los organismos que actualmente sancionan el boxeo profesional (junto con el FIB y la OMB) han ofrecido su ayuda al COI para solventar la situación, aunque todavía no han querido posicionarse abiertamente a organizar el torneo en los Juegos para no entrometerse en la investigación contra la AIBA.
Por otra parte, según ha podido saber As, Rakhimov estaría también valorando un pacto con el COI para ‘apartarse’ durante un año de la presidencia de la AIBA para limpiar su nombre y que así su organización continúe con la gestión de la competición en Tokio 2020.