Holandeses y Desley Drenthe...
■ Drenthe pide empezar la entrevista más tarde porque tiene que ir un momento a su coche. Un pequeño Renault Clio deportivo. Hasta en eso ha cambiado. Echa la mirada atrás y le queda la espina de haber estado en ese Madrid entre la Novena y las últimas cuatro Champions. “¡A nosotros siempre nos echaban en octavos!”, dice. Más recuerdos amargos. “Una vez le metí un gol al Milán y al siguiente partido el entrenador me mandó a la grada”.
Tras una carrera tambaleante que le llevó a Inglaterra (Everton, Reading Sheffield Wednesday), Rusia (Alania), Turquía (Kayseri Erciyesspor) Emiratos Arabes (Baniyas), sonríe cuando recuerda aquella Liga de 2007 con el Madrid. La de los holandeses. “Pero Calderón se fue, Mijatovic también y llegó Florentino, que quiso sus jugadores. Fichó a Kaká, así que Sneijder tuvo que irse. Fichó a Benzema, pues Robben fuera... Nos tuvimos que ir todos”. Su paso fue casi fugaz por el Bernabéu, 46 partidos tras haber costado 14 millones de euros, pero se defiende: “No lo hice tan mal en el Madrid”.
Su vida es su familia. A su hijo Delsey, de ocho años, le ve madera. “Ya podría jugar en el Feyenoord o el Sparta. Tiene calidad y es muy grande. Es centrocampista y diestro. Al revés que yo...”. La saga Drenthe promete.
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