De las crisis se sale ganando

Quien únicamente vea el resultado final de la eliminatoria entre pensará que lo del pentacampeón fue un paseo militar que se inició en y se culminó ayer noche en Pero los 10 minutos que trascurrieron entre la expulsión de y la de

pusieron de los nervios a una afición que se temía lo peor. Porque pese a que el Lazio necesitaba dos goles, la sensación era que si el primero entraba, el segundo también. Pero el Sevilla supo apretar los dientes y sacar esa casta que está en su ADN como local pero que desaparece casi siempre que tiene que hacer las maletas para jugar como visitante.

El hecho es que el Sevilla no está bien, puesto que la solvencia del marcador no se traduce en el césped. Y eso sólo se soluciona volviendo a sumar más triunfos que derrotas, todo lo contrario de lo que ha sucedido desde que se inició 2019. En este punto coincidían todos los pupilos de que pasaron por la zona mixta y el propio entrenador, que está recibiendo un máster express de cómo asfixia la exigencia en Nervión cuando el camino se tuerce lo más mínimo. El caso es que, con todo el sufrimiento del mundo y con varios jugadores de vuelta a la enfermería, el Sevilla ya está en octavos de final tras eliminar al rival más complicado de cuantos le podían tocar. Un Lazio que le hizo sudar pero que tampoco le marcó.