Marea al Madrid
Más juego que remate en los blancos, que continúan líderes ● Volvió Hazard con buen tono ● Partidazo de Rafinha
sin Jovic. Hazard entró y salió de la izquierda, Bale no se movió de la derecha, Benzema quedó ahogado en aquel puré defensivo y el empuje de los volantes fue insuficiente.
Así que el Madrid se fue al descanso con un empacho enorme de pelota, la conciencia tranquila en la recuperación y dos remates lejanos de Casemiro y Marcelo y otro más cercano y alto de Bale, tras combinación Hazard-Benzema, sociedad que promete. Pero echó en falta a Modric e Isco, jugadores que rompen líneas, y a Vinicius.
El Celta, por contra, presumió de centrales y de la sabiduría de Rafinha, centrocampista de referencia, la iluminación del equipo. Y lamentó no irse al descanso con más ventaja porque Courtois estuvo felino en un cabezazo de Aidoo a la salida de un córner. Aquel balazo hubiera matado al Madrid.
El lateral, que estaba apercibido, fue suplente. Salió en el minuto 84 en sustitución de Bale y en los doce minutos que estuvo sobre el terreno de juego no vio la quinta amarilla que le habría hecho perderse el partido contra el Levante, pero asegurado su disponibilidad en el Clásico.
La segunda parte devolvió al equipo de Zidane cierta verticalidad y sensatez en el juego, aunque comenzara con un gol anulado a Ramos, autoproclamado nueve del equipo. Pero el tanto válido tuvo un estilo bien diferente, en una combinación Benzema-Marcelo y pase retrasado del brasileño que remató con precisión quirúrgica Kroos, que le ha metido al Celta más goles a ningún otro equipo. El cambio de viento del Madrid vino inspirado por el alemán y Casemiro, faro y farero. Ellos le quitaron la pelota y la respiración al Celta y los demás anduvieron por la causa.
En pocos minutos el Madrid culminó la remontada. Benzema metió un pase por el desfiladero a Hazard al que este llegaba a duras penas y sin opción de gol cuando Rubén lo atropelló. Penalti de pardillo y gol de Ramos, esta vez en la
MENDY SIGUE EN PELIGRO
suerte natural. Óscar metió a Sisto, duende y trasto en un solo cuerpo. Y Alberola le echó una mano al Madrid perdonándole la roja a Bale por una entrada alevosa a Rafinha, que ya andaba en plena exhibición. Sólo entonces fue el Celta lo que aparenta, un equipo lleno de jugadores de buen pie. El Madrid se sintió amenazado y Zidane acabó metiendo a Modric, un jugador con enorme magnetismo en el centro del campo. Un matador de partidos. Y luego a Mendy. Pero al Celta le fue mejor con los cambios. Dos suplentes, Denis Suárez y Santi Mina, pasador y ejecutor, se colgaron la medalla del empate, para confirmar que el equipo no es lo que parece en la tabla.
REPORTAJE GRÁFICO
CHEMA DÍAZ, JESÚS A. ORIHUELA, JOAQUÍN CORCHERO Y DANI SÁNCHEZ