La pegada lo fue todo
Gameiro y Parejo ponen en aprietos a Rubi ● El Betis dominó hasta el 1-0, pero pagó su falta de definición
Kevin Gameiro y Dani Parejo aumentaron el nivel de aprieto en el que está Rubi. Ellos tuvieron la pegada que le faltó a los Fekir, Canales, Joaquín y sobre todo a Borja Iglesias. Sólo acertó con la portería che Loren Morón, que reivindicó ese rol de titular que le niega su entrenador, pero lo hizo cuando la derrota bética era ya irremediable. Respiró con la victoria el Valencia de Celades y veremos hasta dónde le llega el crédito a Rubi. El domingo le visita el Real Madrid y en dos semanas tiene derbi en el Pizjuán. De momento, hoy puede quedarse a sólo a 5 puntos del descenso, que son muchos menos de los 11 que le separan ya de Europa, un tren que perdió en Mestalla y en el que se mantiene en pie el Valencia.
Ello a pesar de que los de Celades se fueron al descanso escuchando algún que otro silbido. Y quizás no fueron más porque al vestuario entraron tras un disparo de Gayà, que también protagonizó –más sin querer que queriendo– la mejor ocasión hasta ese instante, un intento de centro que se le envenenó tanto a Joel que no fue gol porque el travesaño no quiso. Pero, remates de Gayà al margen, el Betis estaba mejor plantado. Sus ideas eran mejores, su circulación más correcta y sus llegadas al área más frecuentes. Pero la pena bética, su castigo, es que de pegada va últimamente muy justo y también que el Valencia ayer sí tenía un central de garantías. De hecho fue Gabriel Paulista el que le sacó de un atolladero a Parejo al poco de empezar el partido. El capitán le regaló a Fekir un balón en el área de Cillessen, que no jugaba desde diciembre, y el cruce de Paulista evitó que Parejo recibiera críticas feroces.
El partido tuvo lances de susto o trato para el Valencia. Los che respiraron aliviados cuando el VAR no le llevó la contraria a Cordero Vega en un forcejeó entre Wass y Borja en el área. Pero de lo que no se libraron fue de más inquilinos en la enfermería. Se le vio cojear a Ferran y más aún a Maxi. El uruguayo ni salió tras el descanso y en su lugar entró Guedes, un cambio que alteró el ritmo del partido, dándole verticalidad a los che y consistencia a su medular, la cual rearmó Celades colocando a
Soler junto a Kondogbia y Parejo. No obstante, no fue directamente el paso por el vestuario el que cambió el panorama sino el 1-0. Joaquín y Canales gestaron al poco de iniciarse la segunda mitad un contragolpe que sirve de resumen de la actuación verdiblanca, un ejemplo de que el Betis se sintió cómodo en Mestalla hasta que Gameiro sacó su fusil y también que la pegada acabo siéndolo todo. El golpeo final de Fekir en ese ataque hizo temblar el larguero y los lamentos béticos tenían una doble razón de ser: ocasiones así no se tienen todos los días y el estruendo propició que el Valencia se diera cuenta que o metía una marcha más o la tarde se le haría larga. Y así, con sólo una pizca de intensidad en la presión y velocidad en la circulación, además obviamente de precisión, fue como llegó el gol de Gameiro, que rompía desde la frontal una sequía de 84 días sin ver puerta. A partir de ahí se diluyó el Betis, un equipo que fue incapaz de inquietar a Cillessen por más cambios de jugadores y sistema que hiciera Rubi. Era cuestión de que el Valencia les matara a la contra y así fue. Gol de Parejo y ya de nada sirvió el de Loren.
REPORTAJE GRÁFICO ALBERTO IRANZO Y DAVID GONZÁLEZ