Sergio Rodríguez
El ‘Chacho’ trata de seguir con su rutina en Milán, zona roja del coronavirus, mientras pelea por devolver al Armani a la élite. Su mujer y sus hijas están en España.
el problema es global e Italia es un país maravilloso que nos da seguridad. Una mujer de un compañero está embarazada y quizá sea más delicado por la incertidumbre, los hospitales.
—¿Cuáles son las últimas noticias que afectan al equipo?
—El viernes llegamos de Valencia a Milán y el sábado nos anularon el partido del domingo. No jugaremos en la Lega hasta el 3 de abril y andamos expectantes con la Euroliga. Italia es zona roja, difícil para los rivales e incluso para viajar nosotros a otros países. El decreto ley del gobierno italiano nos permite disputar la competición europea siempre que sea a puerta cerrada, porque garantiza que los equipos puedan venir. La Euroliga debe afrontar la situación y crear fortalezas para el futuro.
—¿Hay normalidad en los entrenamientos? ¿Se duchan, por ejemplo, en las instalaciones o en casa?
—Bastante normalidad. Antes podías secarte el sudor con una toalla de otro y ahora intentas evitar esas cosas. Algunos empleados de la oficina del club trabajan en casa. El grupo que comparte el día a día es reducido. Hay precaución, pero ya la hubo en noviembre cuando varios jugadores enfermaron. Existe una responsabilidad, puesto que un contagio afectaría a todo el equipo por la posible cuarentena. Estamos preocupados incluso más por la situación que por el virus.
—Dijo en su día que disfrutaba de la comida y de Milán.
—Ahora disfruto de la pasta en casa. El año estaba siendo buenísimo por la ciudad, la gente, el equipo… Esperemos que se resuelva pronto y trataré de sacar algo positivo de la excepcionalidad.
—Hablemos de baloncesto: ¿van a jugar el playoff?
—En lo tres años previos con el actual formato siempre se ha metido el que parecía que no lo haría. Tenemos ganas y un buen calendario. Lo veo bien.
—¿Cómo se siente como líder indiscutible?
—Para que un equipo tenga éxito debe haber momentos para todos.
—Parece que ha congeniado con Scola.
—Mucho. Los dos estamos en un momento de nuestra carrera en el que disfrutamos y exprimimos al máximo cada cosa que hacemos. Nos encanta entrenar, competir y ganar.
—¿Se verán en Tokio?
—Ojalá, aunque es difícil hacer planes más allá de la próxima semana. Estar con la Selección es un orgullo.
—¿Ha cambiado mucho Messina tras volver de la NBA?
—Sí, mucho, y para mejor en un proceso natural. Es uno de los mejores entrenadores de la Euroliga de los últimos 30 años y mantiene el deseo. Sabe lo que necesitamos para ganar y está muy ilusionado, igual que nosotros.