AS (Sevilla)

Había reforzado la media con él en la ida, el Clásico o ante el PSG

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Jovic. Su participac­ión en el Etihad fue testimonia­l. Con 22 años es el delantero que el Madrid escogió como complement­o a Benzema. Costó 60 millones de euros y entre incumplimi­entos de confinamie­nto, lesiones extrañas y adaptación al entorno español se le ha ido la campaña marcando solo dos goles en 27 partidos.

La maldición de Ramos. La noche de dudas arrancó con la sanción de Ramos. Una vez que se fue Cristiano parece claro que, sin el camero en el campo, el Madrid está huérfano. Hay una especie de maldición en el equipo cuando él no juega en la Champions. Sergio Ramos ya ha visto desde la grada (por sanción) cuatro eliminacio­nes del Madrid en Copa de Europa: 1-2 con el Roma en 2008; 1-1 ante el Barça en 2011; 1-4 frente al Ajax en 2019 y, finalmente, 2-1 ante el City el viernes. Las cuatro veces el equipo cayó apeado de la competició­n.

Vinicius. El brasileño es, junto a Kubo, uno de los futbolista­s en el que Florentino Pérez tiene depositada más confianza. No debió agradarle mucho que el futbolista con más desborde no disputase ni un minuto en la aciaga noche del Etihad. “Han jugado otros, pero cuando un equipo pierde se pueden buscar cosas”, se limitó a explicar Zidane al término del encuentro. Eligió para ser titular a Rodrygo, arriesgado. Este justificó su aparición con el pase de gol a Benzema, pero hizo poco más. Había dejado el entrenador en el

Valverde. Guardiola ganó la partida a Zidane en el centro del campo. Modric y Kroos no eran capaces de abarcar tanto espacio en la medular y Casemiro, exigido en exceso, era un desatino con el balón en los pies. A Zidane le había funcionado antes la fórmula de meter en el campo a Valverde, como interior diestro, junto a Casemiro, Modric y Kroos. Lo hizo en el último Clásico (ganó el Madrid 2-0, aunque jugó Isco por Modric), en la ida ante el City (aunque volvió a jugar Isco, esta vez por Kroos), y en el segundo partido ante el PSG en la fase de grupos (empate 2-2).

Cambio de táctica. Si algo ha caracteriz­ado al Madrid de Zidane esta temporada es su fútbol directo, la idea de alcanzar la portería contraria en pocos toques y la seguridad defensiva. Había sido el Madrid el equipo menos goleado en LaLiga. Encajó 25 goles en las 38 jornadas, el segundo Madrid con mejor promedio de goles en contra de la historia. En la 1964-65 acabó con 18 goles recibidos en 30 partidos (0,6 por encuentro). Pero la idea de jugar con tanta insistenci­a el balón desde atrás del técnico francés resultó muy perjudicia­l para el Madrid, que terminó recibiendo dos goles y 20 remates (por los nueve que realizó). No sólo falló en las entregas Varane, también Casemiro, Militao, Carvajal...

Pánico atrás.

La persistenc­ia en jugar el balón desde atrás ante el City quedó patente en el hecho de que el Madrid no jugase en campo contrario hasta el minuto 1:50 de partido, siendo siempre hasta ese momento la posesión suya, o que entre Courtois (48), Carvajal (44), Varane (72), Militao (51) y Mendy (31) dieran 246 pases. Casemiro se quedó en 38, Hazard solo en 25, Benzema en 27...

Pierna blanda. Pudo haber una cierta relajación. El Madrid se fue haciendo tres faltas, el partido en que menos en esta Champions e igualando los dos registros de menos faltas de los últimos 15 años: ante Schalke en la 13-2014 (un plácido 1-6) y un intrascend­ente Madrid-Dortmund de 2017.

Valverde

Faltas El Madrid cometió tres, sólo dos veces más en 15 años hizo tan pocas

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