El ridículo en el mercado de fichajes
El 15 de agosto de 2015 el Real Madrid, acostumbrado a vivir en el borde del precipicio a la hora de apurar los fichajes de la nueva temporada, hizo el ridículo al no poder inscribir a David De Gea por la tardanza en llegar del tránsfer que debía venir desde Manchester.
En esta ocasión, y por primera vez en muchísimos años, el club blanco no ha tenido problemas en ese sentido, especialmente porque no ha realizado ninguna contratación.
Sin embargo, este año el ridículo ha viajado con otros equipos.
Ridículo, por ejemplo, del Barcelona, al que se le han quedado en proyectos todas las expectativas creadas en cuanto a fichajes, con el agravante de haber regalado a alguno de sus activos importantes.
Ridículo de Thomas, que no del Atlético, no por su fichaje por el Arsenal, sino por la forma de salir, a última hora, sin dar opción al equipo de su vida a que pueda recomponerse. Y finalmente, ridículo del Athletic en su frustrado fichaje de Llorente, jugador necesario y que claramente se quedó en el aire por motivos extradeportivos dejando retratados tanto al director deportivo, Rafa Alkorta, como al presidente, Aitor Elizegui. Lo dicho, el ridículo va por barrios.
Mariano Antolín Niño Palencia