Pjanic y Pedri, listos para jugar
La confianza se agota y Koeman se plantea sentarlos en el banquillo en una medida entre el castigo y la terapia
EI partido de Griezmann y De Jong en Getafe fue una fotografía de su estancia en el Barça. Estuvieron desdibujados, intranscendentes y, peor todavía, cometieron fallos decisivos. Concretamente, los dos que decidieron en el partido. En la primera parte, el francés mandó a las nubes una acción clara de gol. Una definición mediocre. Griezmann no habló después del partido. Sí lo había hecho después de marcar con Francia. Allí, ‘señalándose’ la estrella de campeón del mundo, había deslizado que Deschamps sabe en qué posición colocarle y que unos compañeros que confían en él. Pero en Getafe, Pedri, como sus compañeros de Francia, sí confió en él. Tanto que le dejó solo. Y Griezmann mandó el balón a las nubes. Delante del portero, no hay posición ideal en el campo posible. Sólo talento y buen pulso. Los números de Griezmann en LaLiga son insostenibles en el Barça.
De Jong también fracasó rotundamente. Su error, infantil e inmaduro, entrando a Djené dentro del área, donde está prohibido cualquier ejercicio excesivo, desnuda a un jugador desnortado, que exhibió la misma mirada perdida que en la noche de Cornellà el curso pasado, cuando su
■ A De Jong y Griezmann les amenaza el banquillo. Al holandés, por la parte de Pjanic, que vino por un dineral y para ser un jugador de rendimiento inmediato. Y mientras Busquets está rindiendo, De Jong no lo está haciendo. Lo mismo puede decirse de Antoine expulsión costó dos puntos al Barça que acabaron siendo decisivos en la futura destitución de Valverde. De Jong es todo lo contrario a ese jugador atrevido y descarado que impresionó con el Ajax en la Champions de la temporada 2018-19. Es un jugador plano que no llega al área, que no coge el timón del equipo ni emociona y que ahora incluso comete estos errores que, ya lo debería saber, penalizan más que nunca en partidos ante rivales tan ásperos como el Getafe. Si se manda a las nubes la acción de Griezmann y se regala un penalti como el de Frenkie de Jong, contra el Getafe se pierde. Es una certeza.
Koeman no se cebó después del partido con ninguno de los dos pese a que tenía motivos para hacerlo porque los está protegiendo públicamente, pero sobre todo con las decisiones de su dibujo. Pero su credibilidad como entrenador también va a estar en juego en función de las decisiones que tome.
Griezmann. Futbolistas como Braithwaite o Trincão esperan una oportunidad. Pero sobre todo Pedri, que en Getafe demostró pasión y fútbol. Eso, por no hablar si hubiese llegado Depay... Tal vez entonces Griezmann ya no sería ni titular.
■ El ‘marciano’ Dembélé tampoco despegó en Getafe, el estadio donde se hizo terrenal nada más llegar a España (2017) con aquella lesión terrible por dar un taconazo que adelantó el historial de lesiones que estaba por venir. 325 días después, Koeman le dio la camiseta rosa de titular al extremo francés, pero este la volvió a tirar. Porque el mayor problema de Dembélé ya no está en las lesiones. Ni siquiera en la actitud, tan criticada en ocasiones incluso sin razón. En Getafe, hasta se tiró encima de Soto Grado después del impacto de Nyom contra la cara de Messi. Su verdadero quebradero de cabeza es su incapacidad para elegir bien en el césped. En el Coliseum, fue una máquina de perder balones. Sólo en la primera parte extravió 14, para un total de 16. Y eso que ‘sólo’ jugó 62 minutos. También falló siete pases. No fue el peor del equipo porque Dest perdió 23 balones.
Si Dembélé quiere tener un rol en este Barça, cada día es más evidente que el único posible es el de revulsivo. El Dembélé capaz de reventar partidos a lo loco, en espacios abiertos. Un especialista. Aunque si uno, singularmente Messi. ve cómo mandó al limbo su última gran noche de fútbol (Liverpool en el Camp Nou), no le deben quedar ganas de apoyar una causa que se antoja imposible.
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