El Portugalete empequeñece a un Racing sin plan ni actitud
3.045 espectadores acudieron a los Campos de Sport
Es difícil empezar peor una temporada que como lo hizo el Racing en la primera parte frente al Portugalete. Ni ánimo siquiera. Cuatro saques de esquina concedieron los locales e los primeros tres minutos. Ni con balón ni sin balón tenía sentido nada de lo que hacía el equipo de Rozada. Sin poder hacer la famosa presión en bloque muy alto, porque Mediavilla la rompía de saque directo, y ridiculizado por la ambición portugaluja cada vez que Iván Crespo quería salir jugando desde atrás. Tanta tensión generó esas salidas desde el fondo en los jugadores racinguistas, que Mantilla y Matic quedaron liquidados desde el inicio, como flanes, y poco menos Villapalos, Íñigo y Figueras. Incapaces de encontrar por dentro a Pablo Torre, al que el Portu se encargó de moler a palos, y perdiendo las segundas jugadas, el fútbol del Racing brilló por su ausencia. El gol del Portu, con la defensa y el portero del Racing colapsando ante una presión bien hecha, resume la primera mitad.
La segunda fue caótica, con Rozada dando vuelta al equipo cada pocos minutos y el Portugalete quedándose con diez (con justicia, iba al límite en cada acción) a falta de media hora. Esa tarjeta lo cambió todo.
El Racing mejoró algo, poco, pero llegó más al área rival, y los portugalujos se fueron cansando y reculaban. El empate llegó en un córner y en el arreón final la sensación, más por cantidad que por calidad, era que el Racing podía ganar. No sucedió. Durante una hora solo hubo un equipo en el campo, el Portugalete, y no merecía perder. Ni el Racing ganar.