Las poleas de Rivilla son el secreto de la Selección
■ España fue el equipo que más rotó a sus jugadores a lo largo del Mundial, el único que utilizó a todos sus jugadores a excepción de los porteros que se repartían los encuentros, y ese fue el llamado secreto de los Hispanos para su buen resultado en Egipto más allá de la calidad de los componentes tanto en el juego como en la preparación. Pero eso no es un secreto como tal porque cualquiera lo ve en las estadísticas. El auténtico secreto en las bambalinas son las poleas de Jesús Rivilla.
Rivilla es el preparador físico de la Selección desde 2016. Licenciado en INEF, este entrenador de Puertollano que estuvo de ayudante en el Ciudad Real, a quien le gusta llevar alguna novedad técnica a las concentraciones de la Selección, apostó esta vez por unas poleas portátiles “que pesan alrededor de un kilo y se pueden llevar a cualquier parte”, explica.
Las poleas, dentro de la tecnología inercial que planteó la NASA para los viajes a la Luna, permiten un trabajo doble a los deportistas, y Rivilla lo utiliza “en un Mundial, en que tienes partido un día sí y otro no, tanto para mantenimiento como mejora física de los jugadores. Entrenan la frenada y reproduce acciones similares de juego”.
Esa dedicación en días alternos “permite trabajar cualquier parte muscular del cuerpo y en cualquier lugar”, y mantiene a los deportista de élite en un buen tono muscular “para prevenir lesiones”. España regresó de Egipto sin ninguna lesión fibrilar (el único de los semifinalistas) con un equipo que superaba los treinta años de media. El más veterano.