Gerard es la esperanza
El Villarreal se aferra en Zagreb al internacional (23 goles) ante el verdugo de Mou El Dinamo es líder en Croacia
Habrá equipos iguales o mejores que el Villarreal en esta ronda de cuartos de final de la Europa League. Incluso con más ilusión. Pero ninguno con la sensación a cuestas de que el fútbol le debe, por tantos motivos, una final. Ni siquiera ya un título. Tras un subcampeonato de Liga, unas semifinales de Champions, tres de Europa League y una de Copa, el proyecto de Roig se presenta en Zagreb con la fe de que esta vez es la buena. Con la convicción de que sopla el viento a favor por su buen momento de forma, con la confianza en el currículum de Emery y con el orgullo de saber que Gerard, delantero titular de la Selección y trigoleador en Granada, porta la bandera. Sus 23 goles y ocho asistencias ilusionan. Es ahora o nunca.
La sensación general en el Submarino es que el sorteo podía haber sido más duro. El Dinamo de Zagreb no juega unos cuartos desde 1970 (cayó en la Recopa ante el Schalke). Sin embargo, pone las orejas tiesas el hecho de que en 2010 se enfrentaran (2-0 en Croacia y 3-0 en Vila-real), que camine líder en su liga plagado de internacionales y que eliminara en octavos con épica al Tottenham. Viene rebotado de la Champions y tiene a Orsic como estrella. Su hat-trick propició la visita de Mourinho al vestuario rival para aplaudir tal gesta. Burton, por su parte, es el único que conoce de verdad a Emery. Coincidieron en el Arsenal sin que el técnico le diera mucha bola al galés.
Emery pondrá a su mejor once. La duda es si ser justo con Bacca o hacer terapia con Alcácer. El resto, Rulli incluido, se recita de carrerilla. El Villarreal disputará por cuarta vez unos cuartos, siendo el que más partidos ha disputado en esta competición (84), el que más ganó (46) y quien más mojó (144). Le falta rematar la faena, con cinco hipotéticos duelos por delante entre los que podría haber dos con el Arsenal en semifinales, como revancha del fallo de Riquelme en 2006. Pero eso es mucho aventurar. Conviene centrar el tiro en el presente para que el sueño de un pueblo de 50.000 habitantes no se convierta en pesadilla.