AS (Sevilla)

Griezmannf­uturos cone

El francés no tiene cabida en el plan inicial del Barça 2021-22 ● Si Messi se va, sí podría encajar en el proyecto económico y deportivo ● Laporta mantiene su discurso optimista con Leo: "Va bien"

- JUAN JIMÉNEZ

Desde que aterrizó en el Barça en el verano de 2019, Griezmann vive pendiente de Messi. Y no puede extrañar a nadie. El francés tomó la decisión de fichar por el club azulgrana para ganar títulos y jugar con el mejor jugador del mundo, pero también sabía que su posición ideal en el campo, y su rol de juego, es el que ocupa al argentino, así que no le tocó más remedio que adaptarse y cubrir huecos. Si le ha tocado jugar pegado a la banda izquierda, lo ha hecho; si Koeman lo ha colocado de delantero centro, se ha adaptado. Pese a las críticas, y atendiendo al contexto, Griezmann ha tenido un rendimient­o correcto en el Barça. Ha marcado 35 goles en 99 partidos, una media de 0,35 por partido. No es la del Atlético (0,51), donde marcó 133 goles en 257 partidos, pero es un jugador que ha ido más y que, en el único título del Barça en los dos últimos cursos, la Copa, ha tenido un papel decisivo: desde el gol clave de la final de La Cartuja a las remontadas contra Granada o Sevilla. La pasada temporada, su nivel subió.

Sin embargo, la asfixia económica del Barça le afecta con vistas a la temporada 2021-22. Y el club está obligado a soltar lastre para poder inscribir a sus cuatro fichajes y renovar a Messi. Griezmann es uno de los sueldos más altos de la plantilla, de manera que si el argentino termina estampando su firma con el Barça, el club le pedirá encontrar una solución para separar sus destinos. Griezmann, además, no tendría claro un puesto en el equipo, ya que con Messi, Depay, Ansu y Agüero, tener minutos no sería sencillo. Realmente, no sería el gran problema. Griezmann siempre termina haciéndose sitio en los equipos porque trabaja bien. El asunto es que si Messi sigue la masa salarial no permitirá que Griezmann continúe.

El Barça sabe del valor futbolísti­co de Griezmann. De hecho, si por alguna razón Messi no siguiese, el escenario cambiará y tendría un rol relevante en el equipo. El asunto es que, estando el Barça como está estos días, la situación no permite que los dos sigan juntos. Al menos, esa es la teoría. Porque Griezmann, al menos antes de que terminase la temporada, no tenía ninguna intención de abandonar Barcelona. Y si ese plan no ha cambiado, espera un verano largo. Ni que decir tiene que Griezmann no es un jugador amortizado. El Barça necesitarí­a una venta de más de 100 millones para no perder dinero con el francés. Una cifra absolutame­nte fuera de mercado estos días.

Como cada mañana desde la semana pasada, las cámaras de televisión se agolpan en las oficinas del Barça para saber qué pasa con la renovación de Messi de primera mano, la del presidente del Barça, Joan Laporta. Este martes, Laporta mantuvo su mensaje. "Todo va bien", soltó lacónico a las cámaras sin más, pese a que las informacio­nes sitúan el escenario del Barça en un contexto complicadí­simo y con un descenso brutal de su masa salarial, de los 347 millones a los 160 millones según diversas informacio­nes.

Prejuicios Griezmann ha sido un jugador clave en el único título en dos años

Realidad El rol de Antoine en el campo y en el equipo depende de Leo

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