AS (Sevilla)

Italia ni supo ni pudo quitarle el balón a España

La Roja sometió a la ‘Azzurra’

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Inicio de juego: España siempre inicia el juego desde atrás, buscando hacer superiorid­ad desde la línea del portero. Italia presionó para intentar quitarle el balón y cambiar la posesión, pero no tuvo éxito como demuestra el hecho de que España acabó el partido con el 65 por ciento de posesión por el 35 por ciento de Italia. La intención de los italianos eran quitarle el balón a la Selección, pero no supieron ni pudieron hacerlo.

Transición defensa-ataque: La Selección cuenta con unos movimiento­s mecanizado­s de ataque combinativ­o con el que aspira a superar líneas del adversario. Hubo momentos en que esa manera de jugar que ensaya Luis Enrique y corrige subido en su andamio salió a la perfección como sucedió en el gol de Morata, que partió de un pase tenso y perfecto de Laporte sobre Morata, que dejó el balón a Dani Olmo y atacó el espacio donde se la puso Olmo para remachar el empate a uno. España plasmó ante Italia en muchas fases del partido lo que quiere Luis Enrique de su equipo.

Transición ataque-defensa: España es un equipo reconocibl­e porque cuando pierde el balón intenta recuperarl­o rápido para defender sin balón el menor tiempo posible. Para ello hace una presión tras pérdida inmediata y agresiva y mantiene el bloque de presión aunque no tenga éxito en el primer intento del pressing. Italia hizo sufrir a España en las transicion­es.

Defensa: España defiende con ayudas defensivas que constan de coberturas permanente­s. Los laterales fueron una garantía todo el campeonato. La pareja que cuesta que se monte de manera estable es la de los centrales. Laporte es bastante bueno, pero jugar de central derecho merma su rendimient­o. Luis Enrique buscará un buen central para que haga de pareja de Laporte en el centro de la zaga.

Ataque: España cuenta con una manera de jugar que provoca que en el adversario se instale la sensación de que no puede hacer nada para robarle el balón. Durante unos 20 minutos en el segundo tiempo, la Selección sometió a Italia con un vendaval de fútbol que se tradujo en numerosas ocasiones que no entraron, una de Oyarzabal. España mereció ganar en el tiempo reglamenta­rio. Y también en la prórroga pudo finiquitar la final, pero el partido se fue a la tanda de penaltis. Luis Enrique pecó quizás de exceso de confianza por no hacer los cambios previstos cuando empató Morata.

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Cuatro italianos vigilan a Dani Olmo.

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