Rahm vuelve a casa
El vizcaíno reaparece en Europa 641 días después con el US Open bajo el brazo
Cerca de dos años han pasado desde la última vez que Jon Rahm jugó un torneo del European Tour. Fue el Open de España de 2019. En el Club de Campo de Madrid, el vizcaíno revalidó el título conseguido un año antes en el Centro Nacional con una exhibición. Por entonces aún era un proyecto de gran campeón que lucía nueve títulos en su palmarés pero ningún major.
A finales de ese mismo año se casó con su novia de la universidad, Kelley, en Bilbao. Meses después estalló la pandemia y entre restricciones, compromisos del PGA y el nacimiento de su primogénito, Kepa, no pudo volver a cruzar el charco. Hoy, 641 días después, saldrá en el Abierto de Escocia como vigente campeón del US Open, confirmadas ya todas las expectativas. En The Renaissance, un links ubicado en North Berwick, a media hora en coche de Edimburgo, el número uno del mundo será el rival a batir por la que quizá sea la mejor nómina de golfistas de la historia de esta cita, que forma parte de las Rolex Series, la categoría pata negra del circuito.
Junto a Rahm han desembarcado en Gran Bretaña los estadounidenses Justin Thomas, Xander Schauffele y Collin Morikawa, todos en el top-5 del ranking. También estarán el inglés Tyrrell Hatton (10º) y otros 18 top-50, incluido el norirlandés Rory McIlroy (11º).
La larga ausencia de Rahm en el Viejo Continente no responde en ningún caso a una dejación de funciones. Desde que se convirtió en profesional en 2016, y pese a que su primera tarjeta fue la del PGA, siempre ha tratado de cumplir con el que por origenes es su tour de cabecera. De hecho sus números a este lado del Atlántico son espectaculares: ha jugado 16 torneos con nueve top-10 y cinco victorias, dos en el Irish Open y dos en el Open de España (aparte habría que añadir la final de Dubái, que conquistó junto a la Orden de Mérito en 2019).
Solo ha fallado tres cortes, dos de ellos en Escocia (Alfred Dunhill de 2019 y British Open de Carnoustie en 2018), su última parada antes de afrontar un nuevo grande, el British en el que tanto brilló Seve Ballesteros, su gran referente.