La salida
Hazard sólo jugó al final ● El Betis se entregó cuando se apagó Canales
Isco, en zona sombreada, a Benzema, alejado del área, pasando por Bale, jugador de enormes ausencias durante los partidos. Así que quedó un Madrid en edición de bolsillo, obligado a defenderse y sin centrocampistas que pasaran a limpio su juego durante toda la primera mitad, más allá de las conducciones largas de Valverde.
Volvió del descanso un Madrid con mejor ánimo en la presión y fue más al grano. Volvió Vinicius, apareció Benzema, salió del coma Bale. Dos fueras de juego estropearon sus primeras acometidas, pero el Betis perdió la conexión con Canales y Fekir. El golpe de autoridad tuvo efecto inmediato. Una contra, provocada por un error de Juanmi, acabó con un envío de Benzema voleado por Carvajal para poner por delante a los suyos. Ese fue el efecto más apreciable del Madrid que volvió del descanso: los laterales le pusieron alas. Fue entonces cuando Ancelotti probó a Asensio, que algún día tendrá que dejar de correr el Tour del Porvenir, como interior y buscó un extremo con más vuelta, Lucas Vázquez. Esta vez quedaron justificadas las sustituciones de Isco y Bale.
Ya no hubo volantazo bético, más allá de una ocasión final de Montoya. Los que metió Pellegrini no mejoraron a los que salieron y el Madrid fue capaz de bajarle el volumen la partido con una última reforma de urgencia por la lesión de Miguel Gutiérrez. Carvajal acabó de lateral izquierdo y Lucas Vázquez, de derecho. El dato da que pensar que el equipo se ha quedado corto atrás. Todo sea por Mbappé.
REPORTAJE GRÁFICO MORENATTI, GANDUL,Y PIZARRO