La reciente contradicción del Madrid
El conjunto de Ancelotti se descubre en ataque y flaquea en defensa
El festival ofensivo. Hechizado por la vuelta al Bernabéu, el Madrid se destapó ante el Celta como hacía tiempo que no se le veía. Fue un equipo que encontró soluciones naturales a los problemas que en otra época exhibía en sus ataques posicionales. Tuvo desborde, profundidad y presencia en el área. Modric estuvo clarividente, Miguel Gutiérrez
simplificó el juego con centros, Valverde estiró por fuera, Vinicius picó al espacio con sus cambios de ritmo y Benzema
simplemente fue Benzema.
■ El lado débil. Valverde asalta el área del Celta y da una salida para el centro desde el otro lado. Es un movimiento necesario, le llegue o no el balón. En este caso, conectan con él y su descarga provoca el 1-1 de Benzema.
Las sombras. Sin balón no tuvo nada que ver. El Madrid aflojó sus líneas, no compensó las coberturas y se desinteresó en las vigilancias, incapaz de contener a Aspas o Mina
o frenar las acometidas de Hugo Mallo. Se desajustó con frecuencia. Nacho y Militao
tuvieron que salir a destiempo en situaciones en las que no tenían ventaja. Y ninguno es Ramos o Varane en los duelos. El Madrid se mueve entre contradicciones. Si antes defendía bien y atacaba de forma censurable, ahora es al revés.