Otro choque de titanes
Nuevo accidente entre Verstappen y Hamilton Ricciardo resucita con un triunfo para McLaren en Monza
Quien ríe el último, ríe mejor. Y nadie en esta parrilla ríe mejor que Ricciardo, que devolvió la gloria a McLaren en Monza con una victoria apabullante consolidada sobre la salida. Se hablará del triunfo que resucita a un grande como el australiano, campeón sin corona de la Fórmula 1. Se hablará del doblete de un fabricante histórico, el de Woking, con Norris en la segunda posición. Pero se hablará mucho, mucho más y durante mucho, mucho tiempo del segundo accidente que protagonizan Verstappen y Hamilton esta temporada, un choque de trenes que mandó a ambos a la grava y que eleva la tensión por el título hasta niveles inimaginables.
La victoria no fue ni regalada ni consecuencia del incidente de los dos gallos que pelean por el Mundial. Al contrario. Ricciardo adelantó a Verstappen bajo los semáforos y se puso a tirar como un ganador de grandes premios, lo que ha sido siempre (suma ocho). Hamilton debía arreglar el error del esprint y salió a la contra. Tras ellos, Giovinazzi se chocaba (y tocaba a Sainz) y, sancionado, se iba al fondo del pelotón. El coche de seguridad virtual no alteró la situación.
McLaren abrió hueco y tomó la iniciativa. Paró a Ricciardo antes que nadie para evitar un posible undercut, en la vuelta 23, sin incidencias. Montaron la goma dura y de ahí, hasta el final. Verstappen no tenía ruedas para atacar y debió parar al siguiente paso por meta. Entonces, todo salió mal: los mecánicos tuvieron congelado durante ¡11 segundos! al líder del Mundial porque una tuerca estaba atascada. Se relamía Hamilton, que acababa de adelantar en la pista a Lando.
Así se desencadenó el mayor drama deportivo que ha vivido la F1 en los años recientes. Hamilton entró al pit-lane para montar unos neumáticos Pirelli medios y materializar el adelantamiento sobre Verstappen. No fue un pit-stop perfecto, se alargó hasta los cuatro segundos, y cuando Lewis regresó a la pista debía defenderse de Lando, que había parado antes… ¡y de Max! El neerlandés le tiró el coche en la primera variante por el exterior. No había diez centímetros de distancia entre ambos. Aguantó, aguantó, aguantó… y se chocaron. El Red Bull despegó en un piano y se subió, literalmente, encima del Mercedes. Los comisarios culpan a Mad Max (sancionándole con tres puestos para Rusia). Ambos acabaron en la grava y el Halo del coche de Hamilton evitó lo peor. Como en Silverstone, los titanes colapsaron juntos. Al contrario que allí, esta vez los dos salieron mal parados. Doble abandono.
Se limpió el estropicio que dejaron durante un periodo de safety car y se relanzó la carrera con 22 vueltas por delante. Ricciardo, Leclerc,
Norris, Pérez, Sainz y Bottas en cabeza. Lo de Ferrari fue un espejismo, cedieron porque no tienen velocidad punta para hacer felices a sus tifosi. Lando pasó al aguerrido Charles y se marchó para consolidar un doblete inolvidable de McLaren y su primer triunfo desde Brasil 2012. La celebración desde la valla de mecánicos e ingenieros fue emotiva, tanto como el podio. No tanto como el champán que bebieron Lando, Zak Brown y Valtteri utilizando como copa la bota de Daniel.
Remontada. Tras ellos, Bottas certificaba una remontada de adelantamientos facilísimos, desde el 19º hasta el tercero. Persiguió sin éxito a Checo en la pista, pero el mexicano arrastraba una sanción por adelantar de mala manera a Leclerc, así que el finlandés acabó en el podio. A Pérez le sumaron cinco segundos de castigo y eso permitió a Leclerc auparse hasta el cuarto puesto. Sainz no estaba tan cerca y por eso quedó sexto en meta. Tras él, ya muy lejos, llegaron Stroll, Alonso, Russell y Ocon para cerrar los puestos de puntos. Los 30.000 aficionados no vieron ganar a un Ferrari, pero asistieron una carrera que se recordará durante mucho tiempo. Dos colosos acabaron en la lona y un piloto resucitó.
Decisivo Max y Lewis tuvieron dos malas paradas y se encontraron
Fiesta Norris es segundo y consigue un doblete para Woking