La ruta a la Decimoquinta comienza en Valverde
‘El Halcón’ da el gol a Vinicius y es la sangre del futuro
EI Madrid, gane o pierda un título, tarda menos de 24 horas en empezar a planificar cómo volver a levantar el siguiente. Non stop. La Decimocuarta como preludio de ir pavimentando la Decimoquinta y el bulldozer es Fede Valverde. Arrolló al Liverpool como había hecho con el City y especialmente el Chelsea. “Fede desparrama fútbol”, comentaba en AS en la previa de la final el seleccionador charrúa Diego Alonso. Si dice eso del Halcón alguien al que apodaron El Tornado, hay que creerle. A las fuerzas de la naturaleza hay que hacerles caso.
Si algo valora el madridismo más incluso que los títulos, son jugadores que se deslomen por la blanca. Por eso cuando Valverde tuvo que irse sustituido en el minuto 84 en Saint-Denis, exhausto y tocado muscularmente, los 22.000 madridistas corearon su nombre y retumbó como si fuera el Bernabéu. “¡Valverde, Valverde...!”.
Porque Valverde parece que nunca agota las pilas pero el cambio ha sido reciente. Hasta la temporada pasada le acorralaban las lesiones y ahora no. Trabajo mental pero también nutricional. Control con los asados, planes estrictos y hasta la famosa ‘amenaza’ en redes de su mujer, Mina Bonino, de que como no se animase a chutar a puerta le tocaría comer lo que ella cocinara. Pequeños cambios gracias a los cuales se zampó al Liverpool.
No en vano, Klopp le ha echado varias veces el ojo, pero del
Aliviado “No sé ni cómo se festeja este título, ¡ahora podré dormir en paz!”
Madrid no sale. Le faltaba una Champions (no estuvo en la Decimotercera porque andaba cedido en el Deportivo) para poder tomar como se debe el testigo de la CMK. “No sé ni cómo se festeja este título así, ¡ahora podré dormir en paz!”, se sinceró anoche mismo en TVE. “Ahora tengo que aguantar a mi hijo, que es peor que marcar a Robertson”, bromeó luego. Una Champions para roncar a pierna suelta y también como primer pago de la apuesta tan fuerte que ha hecho el Madrid por él. A principios de curso la entidad le renovó hasta 2027 y es junto con Camavinga el futbolista de la plantilla más fuertemente atado por el club en cuanto a años. A eso se añade otro lazo más, una cláusula a prueba de jeques o millonarios estadounidenses: 1.000M€. Valverde solo vuela para el Madrid. Y Uruguay, claro.