“¡Vaya temporada! ¡Lo hemos pasado muy bien!”
Ancelotti comandó la traca final de la fiesta ante 60.000 madridistas en un Bernabéu que se rindió a una leyenda en su adiós: “¡Marcelo quédate!”
EI fin de fiesta en el Bernabéu fue el broche a la jornada de éxtasis madridista por la Decimocuarta, el epílogo de un camino histórico en esta Champions de las remontadas milagrosas, las sillas festivas, los Rodrygazos y finalmente otra Orejona que presentar al madridismo.
Una celebración delante de 60.000 madridistas en la que tuvo mucho que ver un risueño Carlo Ancelotti. El transalpino celebró su sexta Copa de Europa con la efusividad de un chiquillo y fue el encargado de dar las gracias al madridismo, micrófono en mano. “Buenas noches, ¡Hala Madrid! ¡Vamos! Gracias por el cariño de toda la temporada, ¡vaya temporada eh! (el público arrancó en aplausos)... Vaya remontadas, vaya empujón de este estadio, ¡lo hemos pasado muy bien! Nosotros somos madridistas como vosotros”.
Carletto, como ocho años atrás, quiso cantar el himno de la Décima con la misma buena voluntad que entonces. Una noche en la que la alegría se entremezcló con el punto triste de la despedida de un mito.
Marcelo, el único que se llevó una ovación múltiple, por quintuplicado, como sus anillos de campeón, fue agasajado por su gente como su condición de leyenda viva -25 títulos- acredita. Más de ese número de lágrimas tuvieron que caer por las mejillas del brasileño sobre todo cuando sus compañeros le recibieron para realizar una piña a su alrededor. Pura comunión. También del Bernabéu: “¡Marcelo quédate!¡Marcelo quédate!”.
Una fiesta que comenzó con retraso, esperado tras la cargadísima agenda institucional del equipo y el viaje a Cibeles. Esperaba un Bernabéu en modo bailón y que venía incluso ataviado. En los puestecillos de los alrededores del estadio, en un prodigio de velocidad, había merchandising de la Decimocuarta con bufandas y camisetas con
Querido Marcelo se llevó a casa la más larga y ruidosa ovación de la noche