Las Palmas prepara el playoff en El Molinón
La afición del Sporting celebra el gol de Viera
Eduardo Prieto Iglesias eligió este Sporting-Las Palmas en El Molinón para su despedida del arbitraje y seguro que jamás se le olvidará. No solo por ser el último de su trayectoria arbitral (12 temporadas en el fútbol profesional, cinco en Primera), sino por el ambiente vivido. Rara vez, por no decir ninguna, se habrá encontrado el árbitro un público local más pendiente de frenar a su equipo que de jalearlo en busca de la portería rival.
Las Palmas se encontró en el mejor escenario para asegurar, primero, su presencia en el playoff y, después, para preparar con comodidad el primer asalto, que será precisamente un duelo de la máxima rivalidad ante el Tenerife. Esa misma rivalidad que encontró su lado extremo en Gijón, donde los aficionados locales pitaron cada vez que el Sporting buscaba la portería de Álvaro Vallés. Al fondo estaba la posibilidad de que un triunfo rojiblanco pudiera beneficiar al Oviedo en su lucha por jugar por el ascenso.
Pablo Pérez y José Luis Rodríguez osaron rematar con cierto peligro sobre la portería de Las Palmas antes de que los visitantes inquietaran a Mariño. El equipo grancanario marcó después, pero el gol fue anulado por mano de Mújica – tras la revisión del VAR--, y lo consiguió más tarde con un penalti que transformó Jonathan Viera. No hubo más historia en el estadio gijonés.
La segunda parte, más de lo mismo. Las Palmas controló el juego (siempre por encima del 70% de posesión) con un Jonathan Viera de otra categoría, la situación y el marcador. El Sporting se acercó a la portería de Vallés en contadas ocasiones. El partido le permitió a Abelardo para sumar tres debutantes de la cantera rojiblanca: Jordi Pola (titular), Diego Sánchez y Mecerreyes. Fiesta en Canarias.