AS (Sevilla)

Vuelve el Verde

Boston jugará la final de la NBA frente a Golden State tras derrotar en el séptimo partido a Miami

- JUANMA RUBIO

EI mundo se paró durante un instante, mientras volaba un triple de Jimmy Butler que se quedó corto. Quedaban 17 segundos de séptimo partido en la final de la Conferenci­a Este. Al límite: los Celtics habían perdido los papeles durante tres minutos en los que un 85-98 que parecía definitivo se convirtió en un 96-98. La última carga de Miami Heat. En pleno caos, en medio de una remontada imposible, Butler cruzó la pista y tiró un triple en transición. Sin buscar, su especialid­ad, una penetració­n que empatara el partido.

Butler, claro, estaba agotado. Jugó los 48 minutos, sin descanso. Cargó (35 puntos, 9 rebotes) con un equipo incapaz de anotar por fuera (6/30 en triples), que había jugado a tirones desde un horrible primer cuarto que templó (17-32) los nervios de los Celtics, que venían de perder el sexto partido, un match point en su pista. Allí, 48 horas antes, Butler había jugado más de 46 minutos y había acabado con 47 puntos en una actuación prodigiosa. Con todo eso encima, y con una rodilla maltrecha, el alero eligió jugarse la vida en ese triple: cara o cruz, victoria o funeral vikingo. Falló. Y los Celtics (96-100) ganaron, pasaron la serie (3-4) y jugarán la final, a partir del jueves, contra Golden State Warriors.

Los verdes viajan a San Francisco felices pero agotados: siete partidos contra los Bucks de Antetokoun­mpo y otros siete contra estos Heat de Butler. Dos rivales que han exigido al máximo a unos Celtics que se habían quedado a las puertas de la final en tres de las cinco temporadas anteriores. Esta vez cruzaron ese penúltimo umbral hacia el decimoctav­o anillo. Lo buscarán dos años después de que los Lakers empataran en su guerra eterna (17 por cabeza) y en su final número 22. Jayson Tatum recibió el recién creado premio de MVP de la final del Este que, apropiadam­ente, lleva el nombre de Larry Bird. Acabó el séptimo partido con 26 puntos, 10 rebotes y 6 asistencia­s.

Los Celtics estaban 23-24, balance perdedor, el 21 de enero. Nadie llegaba a partir de una situación así a la final desde los Rockets de 1981. Su reacción ha sido histórica, improbable. Con un entrenador novato, Ime Udoka, y el anterior técnico (Brad Stevens) elevado a presidente de operacione­s. Por primera vez desde 1990 (Pistons-Blazers), una final no tendrá a ninguno de los cinco primeros en la votación del MVP. Y Tatum es el único supervivie­nte del Mejor Quinteto de la temporada.

Ahora llega la cita con la historia. Los Celtics, aquella primera gran dinastía que ganó nueve anillos seguidos y once de trece posibles entre 1957 y 1969. Los Warriors, el dominador de esta era, en su sexta final en ocho años. Son dos de los tres que más veces han jugado por el título, ambos por detrás de los Lakers. Y dos de los cuatro con más anillos. Los Celtics empatados a 17 con los angelinos, los Warriors con los mismos seis de los Bulls. En la temporada del 75 aniversari­o de la NBA, dos de las tres franquicia­s originales (la otra es New York Knicks) jugarán la final. Como en 1964, el primer Bill Russell-Wilt Chamberlai­n por el título. Entonces los Celtics, que nunca se han movido de Boston, ganaron 4-1 a unos San Francisco Warriors que habían llegado dos años antes desde Philadelph­ia. Ahora, 58 años después, vuelven a encontrars­e.

Nervios Butler tuvo un triple para poner a Miami por delante a falta de 17’’

Rivalidad Los Celtics lucharán por su 18º anillo; los Warriors, por su 7º

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