El Eibar resiste con nueve
Ejercicio heroico de los armeros que deja a Carcedo señalado y temblando ● Venancio y Muñoz, expulsados
Ni contra nueve es capaz de ganar el Zaragoza de Carcedo, un equipo plano, reservón e ineficaz, reflejo de su entrenador. El Eibar sufrió las expulsiones de Venancio (39’) y de Javi Muñoz (77’), pero hizo todo un ejercicio de resistencia en La Romareda que deja a Carcedo temblando y al Zaragoza con todas las alarmas encendidas.
El Real Zaragoza no se decidió a atacar de salida y alternó la presión alta con pasajes en los que se dedicó a esperar al Eibar en su campo. Y como Garitano tampoco quiso correr riesgos se impuso el fútbol control y apenas hubo ocasiones
claras en la primera mitad. Todo muy igualado hasta que un manotazo en el cuello de Venancio a Vada en un forcejeo acabó en el minuto 39 con la expulsión con roja directa del central portugués, después de que el árbitro acudiera a ver la repetición de la acción al monitor del VAR. El Eibar se quedó con 10 de forma inesperada, quizá exagerada, y eso empujó a Garitano a reestructurar su once, sacrificando a Corpas y Stoichkov y recurriendo a Nolaskoain y Correa con una defensa de cinco.
Con un hombre menos y con sus
futbolistas más peligrosos en la ducha, especialmente su goleador Stoichkov, el Eibar se limitó toda la segunda parte a resistir.
El Zaragoza se dedicó a trasladar el balón sin apenas intención hasta que en el minuto 63 Bermejo recibió de Francho en el pico del área grande, se deshizo de Arbilla con un quiebro y un levísimo golpe con la mano en la cara, y batió a Yoel de un disparo con efecto junto al poste. Un gran gol que se llevó por delante el VAR quizá con la misma exageración que la expulsión del central luso Venancio.
Inmediatamente después, Carcedo sustituyó a Azón y a Bermejo, que se vio de golpe sin gol y en la caseta, por Gueye y Mollejo, pero nada cambió en el Zaragoza ni en el partido hasta que en el 77’ el árbitro expulsó también con roja directa a Javi Muñoz por una dura entrada a Fuentes. El Eibar se quedaba con nueve jugadores para afrontar el último cuarto de hora, pero ni con esas tuvo Carcedo un alarde de valentía. Hizo otros dos cambios (Puche y Manu Molina), pero siguió jugando con cuatro defensas y a marear la perdiz. Sanllehí dice de él que es un entrenador “trabajador, experto y moderno”, pero a este paso veremos cuánto le dura la paciencia al director general.
Polémica El VAR anula un gol a Bermejo por un leve manotazo a Arbilla