De la confusión de Ferrari al acierto de Sainz
El madrileño escogió no salir con gomas de lluvia
Un día después, era la comidilla entre ingenieros rivales el extraño viernes de Ferrari en Sao Paulo. El motivo: otra desorientada coreografía para escoger los neumáticos de Leclerc en la
Q1, que no ayudó a un paciente Sainz; y una decisión de autor que situó al monegasco con intermedios sobre un asfalto seco ante la vuelta decisiva de Q3. Al final de la primera clasificatoria, nueve equipos tenían claro que el blando era obligatorio, pero los de
Maranello flirtearon con el intermedio. Y en Q3, nueve coches salieron con el Pirelli rojo, solo uno naufragó con el verde.
Mekies, director deportivo de Ferrari, asegura que decidieron dividir la estrategia y le tocó cruz a Leclerc: “La pista estaba seca, y la costumbre dice que debes ir a por la vuelta mientras está seca; pero esperábamos lluvia inminente. Dividimos la estrategia, así sabes que uno terminará contento y el otro no. Correcto para Carlos, no para Charles”.
Sin embargo, ese relato no es del todo coherente. Para empezar, nunca se divide la estrategia en un momento tan crítico como la Q3 porque el riesgo es enorme y el beneficio, dudoso. Menos aún con el coche que más poles suma en 2022. Se apuesta por lo que se cree correcto, y parece evidente que en el garaje de Ferrari querían sacar con intermedios a ambos coches, y que fue Sainz quien reorientó la decisión del muro para salir con el blando. Desde el pit-lane se le vio muy pendiente del cielo y el asfalto en los momentos clave, cuando se apreciaba tensión en el garaje, y eso explica la inquietud de los mecánicos en los instantes previos a la Q3, o que a Carlos le montaran y desmontaran las ruedas un par de veces antes de la bandera verde.
Leclerc, al mismo tiempo, desliza que él sí se quedó con lo que le pusieron: “Acepté la decisión de ir con intermedios y esperé por una lluvia que nunca llegó...”, dijo, “extremadamente decepcionado”. En condiciones mixtas siempre pesa la opinión del piloto.
Este año ha habido un puñado de decisiones estratégicas cuestionables de Ferrari, varias enmendadas por Sainz. La más grave sucedió en Mónaco, allí entregaron el liderato con una temprana parada de Charles porque dejaba de llover, un pit-stop que Carlos descartó desde la radio mientras Red Bull se frotaba las manos. Luego retumbaría el “stop inventing” de Silverstone, cuando le pidieron que dejara marchar a Leclerc en lugar de ir a por la victoria en la resalida. Y aunque ese mensaje sí fue público, se deduce que ha habido más correcciones en privado ante ocurrencias del muro.
Leclerc Salió a la Q3 con neumático intermedio y la lluvia nunca llegó