Explosión Ndikumwenayo
El atleta nacido en Burundi (25 años) señala su posible debut vistiendo de España: “El objetivo es ir al Mundial”
Thierry Ndikumwenayo (Kinama, Burundi, 26/03/1997) ha irrumpido en la élite de manera explosiva en 2022. El fastuoso corredor de mediofondo, fondo y cross que dominó los 5.000 metros de la Diamond con la victoria en Mónaco y segundo de Roma como grandes resultados (en la final de Zúrich abandonó por molestias lumbares), y que firmó la mejor marca mundial del año en 3.000 (7:25.93, 7º tiempo de la historia) ha llegado al cross con la misma fuerza. Triunfos en Soria y Atapuerca ante los mejores especialistas y un éxito más, éste en términos administrativos: la nacionalidad española por carta de naturaleza. Ahora espera el transfer de World Athletics para ir a grandes campeonatos. ¿Cuándo? “El objetivo es correr el Mundial (agosto de 2023) y después estar en los Juegos de París. No puedo asegurar iré a Budapest pero creo que sí. Correría 5.000, que es mi prueba, aunque en mítines también me gustaría hacer 1.500 y 3.000. Estoy muy contento de ser español y daré el máximo para representar a este país”, asegura a AS.
Ese largo camino ha tenido momentos duros como renunciar a los Juegos de Tokio, clave para cumplir con los tres años sin competir, algo que no hace con Burundi desde el Mundial de Doha 2019... el año que solicitó ser español. “Renunciar a los Juegos es una decisión complicada. Pedí la nacionalidad hace tres años y no me habían dicho nada nunca. Estaba esperando como otras personas... Imagino que los resultados han acelerado todo. Yo vivo aquí, me gusta y me ayudan mucho. Por eso prefiero correr
para España e intentar ganar muchas medallas. Mi sueño es ser campeón olímpico y mundial... y varias veces”, dice este seguidor del Real Madrid y del Villarreal que adora la paella.
El futuro pinta color de rosa para este prodigio de 25 años, pero... ¿cómo acabó en España? “En 2014 fui a los Juegos de la Juventud en China (fue plata en 3.000) y Llorenc (Solbes) me ofreció ir a Alicante a entrenar con él. La Federación de Burundi me dijo que era muy joven, que tenía que estudiar y que no podía ir a España. Seguí entrenando y en 2015 fui a un Campeonato de África donde hice 13:27 en 5.000. Llorenc volvió a intentarlo y ahí sí me dejaron. Llegué con un visado de 3 meses y luego me quedé casi 10 más en Burundi esperando otro. Regresé en 2016, me dieron un piso y todo lo que necesitaba. Desde ahí estoy aquí”, relata. Un contrato del Club de Atletismo Playas de Castellón fue el factor clave.
Tanto que Pepe Ortuño, su fundador, también estuvo al quite en otra encrucijada. “La llegada de la pandemia complicó mucho todo. Llorenc se fue a Qatar a entrenar y yo no podía quedarme solo entrenando. Pregunté a Pepe si podía venir a Castellón a entrenar con él y me dijo que sí. Ya llevo dos años aquí”, dice Thierry antes de desvelar que llegó al atletismo de casualidad: “Empecé a correr con 16 años. Hice una carrera de 200 metros con un amigo atleta y me ganó, pero me propuso una revancha en la pista. Al llegar me dijo que debía entrenar con su grupo y le pregunté si podía ir. Su preparador me dijo que corría bien, que era un buen atleta... y ahí empecé”.
De habitual liebre a estrella internacional en poco tiempo. ¿Cómo lo explica? “Mi cambio de ser un atleta más modesto a lo conseguido en 2022 ha sido gracias al duro trabajo diario. Cuando llegué con Pepe cambié todo en mi preparación. Y viéndome evolucionar me quité los miedos de la competición”. 2023 será el momento de confirmar que opta a todo al máximo nivel. Pronto con la bandera española a la derecha del nombre en rótulos y clasificaciones.