Un empate conformista
El Eibar continúa invicto en casa y el Alavés mantiene el liderato
Eibar y Alavés firmaron las tablas en Ipurua. Mucho ruido, enorme expectación y ‘llenazo’, pero pocas nueces. Fútbol escaso o nulo. Ninguno quiso arriesgar demasiado en un derbi vasco light, cero y sin cafeína. No fue ni mucho menos un partido entretenido para el espectador neutral. Pocos riesgos, menos ritmo y nula producción ofensiva. Lejos de lo que acostumbran dos de los equipos más intensos de la Liga, el envite fue mayormente insulso, con más miedo a perder, o conformidad con el punto, que hambre de victoria.
Más allá de la competencia deportiva, al pulso de rivalidad le rodeó un ejemplar ambiente donde primó la fraternidad entre hinchadas. Ipurua no defraudó. Hasta 6.517 aficionados estuvieron presentes en las gradas en la que fue la mejor entrada del feudo armero en esta temporada.
Ambos técnicos pusieron en liza onces muy reconocibles ante la trascendencia del choque. Garitano recuperó su esquema habitual con una línea de cuatro atrás y con pocas sorpresas. García Plaza también salió con todo. Sedlar fue quien finalmente ocupó el lugar del sancionado Benavídez en el pivote. Jason se adueñó de la banda derecha por delante de Xeber Alkain, con Luis Rioja por la izquierda y Miguel de la Fuente en punta de lanza.
Abqar tuvo que abandonar el encuentro al descanso por lesión. Su lugar en la zaga lo ocupó Laguardia. El Alavés parecía más conforme con un empate que le aseguraba el liderato. Fue el Eibar quien llevó la manija en busca del gol. El incansable García de Albéniz se proyectó constantemente por banda. Pero sus centros no encontraban rematador. Los técnicos movieron ficha buscando agitar el partido. Un espejismo a un pulso conformista.