Un estadio de Lego en el Mundia
Qatar luce el innovador ‘974’, el primer campo desmontable de la historia, que lo firma el estudio español Fenwick-Iribarren
EI sueño inimaginable de un estudio de arquitectura español, Fenwick-Iribarren, se hizo realidad ayer con la disputa del México-Polonia en el estadio 974, conocido también como Ras Abu Aboud por la zona en la que se encuentra. Se trata del primero completamente desmontable y transportable. Está formado por 974 contenedores, coincidiendo con el prefijo telefónico de Qatar, y supone toda una revolución en lo que a estadios futbolísticos del mundo. Un campo de fútbol como si fuera un Lego, compuesto por varias piezas que se pueden poner y quitar.
Durante meses llegaron vía marítima hasta Doha esta colección de contenedores de barco que conforman la cubierta del recinto, cada uno de un color y dándole un aspecto totalmente diferentes desde fuera. Cuando acabe el torneo, serán desmontados y el estadio podrá levantarse en cualquier otro rincón del planeta.
Un proyecto vanguardista, ecológico y muy llamativo que podrá reunir a 40.000 espectadores en su interior. Acogerá encuentros de la primera fase y hasta de cuartos de final. Además de este, Fenwick-Iribarren también firma otro de los estadios mundialistas: el Qatar Foundation. “Estamos encantados de formar parte de otro proyecto del Mundial y estamos muy orgullosos de nuestro diseño para este recinto. El estadio pasará a la historia como el primer estadio movible y reutilizable de un Mundial. Estamos seguros de que este concepto innovador y sostenible será una inspiración para los desarrolladores y arquitectos de estadios de todo el mundo”, cuenta Mark Fenwick.
El estadio fue completado en 2020 y está ubicado en una superficie de 450,000m2 frente al agua en la costa de Doha, al sureste de la capital, a solo 1,5 km del aeropuerto Hamad Internacional. Una de sus novedades es su gran cercanía con el mar, lo que dibuja postales preciosas durante los partidos.
La construcción comenzó en 2017, mucho después que la mayor parte de las sedes. Las excavaciones del terreno finalizaron en julio de 2019, cuando llegó el primer cargamento de contenedores al país qatarí. Unos contenedores que salieron desde China en un solo barco con los materiales que se utilizaron para construirlo.
Una vez en destino, su colocación fue relativamente sencilla. Venían ya preparados desde su lugar de origen y únicamente fueron unidos con
Montaje Lo forman 974 contenedores que llegaron a Doha por barco
molduras de acero para que el producto fuera finalizado de manera que cada contenedor reciclado fue puesto en su lugar. Obviamente, todo esto hizo que se agilizara el proceso de construcción y fuera mucho más rápido. De hecho, en algunas zonas se unieron varios contenedores eliminando las paredes para aumentar el espacio.
El resultado es un estadio único, colorido y moderno, una delicia para los aficionados mexicanos y polacos que ayer lo estrenaron. Ya fue la joya de la corona en la Copa Árabe el pasado mes de diciembre, cuando fue sede de sus primeros partidos internacionales. “Es fascinante, una maravilla”, explica Ricardo, un mexicano de Oaxaca. “Desde lejos no parecen contenedores. Hay que acercarse para ver que efectivamente lo son. El colorido también le da un toque distintivo”, reconoce.
Uno de los requisitos que pedía Qatar para sus campos de nueva construcción es que fueran sostenibles. Este lo es el que más. Además, la naturaleza temporal del estadio y el diseño modular significa que se necesitaron menos materiales que en la construcción tradicional, lo que ayuda a mantener bajos los gastos. El primer campo completamente desmontable de la historia ya es un hecho. Una joya del Mundial. Un invento español.