AS (Sevilla)

Bajonazo para Los ‘Three Lions’

Inglaterra desilusion­a con un partido gris ● Estados Unidos, muy competitiv­os ● El mejor es Maguire Pulisic asusta con un tiro al larguero ● Solo una derrota por 4-0 ante Gales elimina a Inglaterra

- REPORTAJE GRÁFICO AGENCIAS

Un paso atrás. Así se podría resumir la segunda cita de Inglaterra en el Mundial de Qatar, donde había empezado con muy buen pie después de golear a Irán por 6-2. Sin embargo, la burbuja de la ilusión se pinchó ante Estados Unidos. Pese a ello, la clasificac­ión a octavos de final no corre peligro para los de Southgate, que solo podría quedarse fuera si pierde 4-0 contra Gales en el tercer partido de la fase de grupos. Un imposible para un equipo repleto de estrellas, aunque contra Estados Unidos deambuló en el campo y solo Harry Maguire se salvó de la tibieza de sus compatriot­as, que no pasaron del 0-0 y se quedan con 4 puntos en la clasificac­ión, uno por encima de Irán, dos por encima de Estados Unidos y tres por encima de Gales.

“¿Para qué cambiar lo que está bien?”, debió pensar Southgate, que volvió a confiar en el mismo once titular que doblegó sin mayores temores a Irán. Ni Maguire -que poco a poco apaga la llama de la crítica- salió del once inicial, coronado por Bukayo Saka, Raheem Sterling y Harry Kane. El punta del Tottenham Hotspur y capitán de Inglaterra se olvidó del golpe en el tobillo y hasta del color del brazalete, y, al poco de echar a rodar el balón, tuvo la primera del partido. Fue gracias a una ocurrencia de Jude Bellingham, lleno de creativida­d en un pase de apertura a Saka, que se la sirvió a Kane, aunque el disparo del ‘9’ se estampó en Zimmerman y el 1-0 de Inglaterra se escurrió entre sus piernas.

El equipo de Southgate estaba avasalland­o, y fuera de sitio, en el margen izquierdo, Maguire se cambió de papel con los extremos para recoger un balón rechazado de córner y meter otro balón en la olla. Pero Estados Unidos resistía, cada vez menos atosigado, hasta que empezó a presionar muy alto. Eso obligó a Pickford a sacar en largo, y aunque Inglaterra se preocupaba de salir tocando desde el área del portero del Everton, McKennie y compañía ganaban terreno. Por eso los estadounid­enses aparecían en ataque y el propio McKennie tenía una clara en el primer cuarto de hora después de deslizarse a la espalda de Declan Rice, desbordado en tareas defensivas. Y como Bellingham tampoco estaba muy por la labor, Musah

probaba a Pickford antes de que Pulisic tuviera la más clara del partido, en un zurdazo que encontró el larguero.

Ya para entonces, la selección de Gregg Berhalter había hecho suficiente­s ‘intentonas’ como para asustar a Southgate, que veía como su equipo sufría con la superiorid­ad numérica de los estadounid­enses en el medio, prácticame­nte jugando con cuatro con Adams, Musah, McKennie y Pulisic. Solo al final del primer envite Inglaterra sacó la cabeza por la banda y dio con el mustio Mount, que por una vez puso en aprietos a Turner. Pero ni por esas cambiaron las cosas para Estados Unidos, de nuevo subido a lomos de McKennie y sus llegadas desde su segunda línea, que amenazaron por momentos la clasificac­ión de los Three Lions. Eso sí, sin mucha fortuna para el medio de la Juventus, que pese a sorprender con un gran partido, se retiró antes de tiempo.

Berhalter y Southgate hacían cambios entre medias, así que Grealish, Henderson y Rashford entraron en el campo, pero les costó un mundo entrar en el juego y Zimmerman volvió a ser protagonis­ta con un cabezazo a saque de esquina que solo Maguire supo despejar. Así se convirtió en el escudo de Inglaterra en los minutos finales, marcados por los balones colgados y la apatía de sus delanteros, incluidos Kane y Bellingham -cambiando antes del tramo final-.

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Kane y Stones se lamentan de una ocasión perdida.
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