El carácter del Baskonia le da un revolcón al Madrid
Blazic sentenció ● Doncic había liderado una remontada de 17 puntos
Exhibición del Baskonia que, pese a las bajas de Bargnani y Beaubois, salió en tromba y se puso 17 arriba. El Madrid remontó (81-73) pero Blazic, Hanga y Voigtmann aún tuvieron
fuerzas para tomar la ‘Casa Blanca’. Los vitorianos dominan por 3-0 al Real en Europa.
Que el Baskonia saliera guerrero entraba en el guion. Pero que hiciera semejante demostración de carácter, derroche físico, ambición y talento sin dos de sus mascarones de proa (Bargnani y Beaubois) epató a cualquiera que viera el espectáculo. Sus jugadores salieron a comerse el partido a dentelladas de tiburón. A compensar las ausencias con determinación y a exprimir toda su calidad, aún muy elevada pese a las lesiones. En el último cuarto pintaba que no alcanzarían la orilla en tiempo y forma tras la reacción del Madrid, que primero remontó 17 puntos (28-45) y después se puso ocho arriba a falta de cinco minutos (81-73). Oro parece plata no es.
Un genial Jaka Blazic (21 puntos y el triple definitivo), acompañado por Hanga y la perla alemana Voigtmann, perpetró con éxito el asalto a la Casa
Blanca. A estas alturas de viaje, el Baskonia nunca ha perdido en Europa frente al Madrid (3-0). Baño de autoestima para relanzar su enésima reconstrucción, volátil y virtuoso a la vez. Vender y perder jugadores, seguir en la cima. Ese es su secreto.
Entre Voigtmann y Shengelia por dentro (aunque también generaban espacios con su movilidad) y el omnipresente Blazic, que se anticipó como nadie para leer los agujeros defensivos y cortar, penetrar o lanzar liberado según la ocasión, destrozaron al rival. Literal: 28-45, minuto 15. Solo Ayón daba respuesta ofensiva (12 puntos en ocho minutos), que no defensiva. Mal atrás el Madrid, peor en el rebote y a destiempo en ataque. La bola de nieve cogió cuerpo y pendiente y entre los méritos de unos y el carrusel de despropósitos de los otros parecía que la inercia sería imparable.
El Real, sin embargo, entendió a tiempo lo que le faltaba: ardor guerrero. Doncic se puso la cinta de samurái para obrar la remontada. Levantó la nave camino del precipicio en un mal día de Llull (0 de 17 en triples en tres partidos). El esloveno se sentó con empate a 71 y volvió con 82-81. Entremedias, cinco tantos de Carroll y dos acciones de Hunter amagaron sentencia. El Baskonia lo impidió al grito de carácter. Y calidad, la de su plantilla. Al Madrid de la exuberancia en la zona quizá le falte una pieza ofensiva útil en el perímetro. Entre Draper, Taylor y Maciulis agruparon cero puntos.