John Charles, ‘Il Gigante Buono’ nacido en Gales
Fue ídolo en la Juventus y héroe del Mundial de 1958
El único homenaje físico a John Charles, fallecido en 2004 y para muchos el mejor futbolista galés de la historia al comandar la selección del Mundial de
1958 y ser una leyenda de la Juventus, es un busto en el estadio del Swansea City, el club de su ciudad natal, a 63 kilómetros de Cardiff.
Charles, votado el mejor extranjero de la historia bianconera, fue único. Físico de boxeador (medía 1,89 m.), jugaba como central o delantero y nunca fue amonestado o expulsado pese a los rigores del Calcio. Pasó a ser Il Gigante Buono (el Gigante Bueno) por no marcar un gol con un rival inconsciente en el suelo. La final de hoy trae a la memoria la bronca eliminatoria entre ambos equipos en los cuartos de final de 1962, con el dúo mágico Charles-Sívori en las filas de los turineses. “En la ida en Turín se decidió que cubriese a Di Stéfano”, recordaba Charles en sus memorias. “Nos hizo un gol injusto. En el Bernabéu marcó Sívori y fuimos al desempate en París, que nos ganaron. Santamaría era como la Torre de Pisa y Felo debió ser expulsado porque me dio una patada que no pude ya correr. Para alcanzar al autobús me tuvieron que llevar en brazos... Pero aquel Madrid era fantástico, Di Stéfano fue el mejor que he visto y Puskas y Gento eran soberbios”.
Rugby. AS visitó Swansea, la cuna del Gigante. Amado en Italia, su recuerdo se desvanece en casa. Del ya demolido estadio
Vetch Field, donde Charles limpiaba los vestuarios mientras ganaba una libra a la semana, apenas resiste una vieja puerta. George, un jubilado local, ofrece alguna pista. “Se fue al Leeds muy joven y esto es un país de rugby, hijo”, dice. Preguntado por el resto de la familia Charles, se encoge de hombros. “Creo que ninguno vive ya aquí”.
La oficina de turismo de Swansea hizo campaña para que los tifosi se alojasen en Swansea al reclamo del mito. Pero en el 19 de Alice Street ni siquiera sobrevive la casa donde nació Charles en la Nochebuena de 1931, tampoco una placa rememora el lugar... Gigante, pero no hijo pródigo.
Olvidado Su recuerdo se difumina en Gales: el único homenaje es un busto
Madrid Se enfrentó a los blancos en los cuartos de final de 1962