El estatus internacional del Valencia
Marcelino es poco amigo de las giras veraniegas. Ello se sabía y quedó a su vez claro con sus declaraciones tras el partido contra el Cincinnati. “Para nosotros ha sido difícil venir aquí, hay que analizarlo”, dijo el asturiano. Tras esa frase, me sorprendería que el Valencia hiciera un viaje similar el verano que viene. De hecho, para este agosto les propusieron a última hora jugar contra el Boca Juniors en La Bombonera el 2 de agosto y el club dijo “no” (con lógica) para evitar tener que volver a cruzar el charco. Cierto es que la gira ha estado marcada por sobresaltos como las lesiones de Garay, Rodrigo y Lato; los problemas de visado de Maksimovic o la enfermedad de Jaume. Además, ahora que ya se sabe el calendario, no se quiere perder tiempo y menos estando la casa por hacer.
Entiendo que hoy lo único que importa en el Valencia de puertas hacia dentro es levantar el vuelo en lo deportivo. Pero ello no puede acarrear mermar la marca Valencia, que por la respuesta del público de Cincinnati va más allá de un equipo que fue 12º en LaLiga. La llamada exigencia de Mestalla y ese caché internacional ganado durante décadas es lo que da al Valencia un estatus diferente a muchos otros clubes españoles, por más que deportivamente el equipo no haya estado a la altura en los últimos años. Misión de Mateo Alemany y Marcelino es lograr que vuelva a dar ese nivel en el campo; de Anil Murthy no perder ese caché de club. Y si firmas con BLU por ese rol internacional que tienes, o juegas la Champions o te vas de gira en julio. Más si se cae la que había prevista en mayo por Singapur.