El Celta pidió aplazar el partido o jugar en el Wanda
Tras el cierre de la grada de Río por parte del Ayuntamiento
Un fallo detectado en las piezas de la nueva cubierta de Río, la misma grada por la que se aplazó el partido con el Real Madrid en febrero, ha provocado que 12.000 aficionados no puedan acceder a Balaídos para ver el Celta-Atleti.
Esta tarde cuando los futbolistas del Celta y del Atlético salten al terreno de juego, los asientos del sector con mayor capacidad de Balaídos estarán vacíos. Los 7.500 abonados de Río Alto y Bajo, y los otros 4.500 aficionados con entradas para estas dos gradas tendrán que seguir el partido a través de la televisión porque su seguridad no estaba totalmente garantizada. Otra vez la causante de este trastorno es la cubierta, al igual que en febrero cuando se aplazó el partido con el Real Madrid. En esta ocasión el problema no lo provocó un temporal, si no un defecto en las piezas utilizadas para su reforma. El fallo se detectó el martes y el viernes fue cuando Abel Caballero, alcalde de Vigo, decidió que no se iban a abrir las puertas.
El Celta se movió casi sin margen. Pidió que se aplazara el encuentro y LaLiga no se lo permitió. La otra alternativa fue plantearle al Atlético que se jugara en el Wanda, pero el nuevo estadio está en obras.
En medio del caos, del mismo modo que hace ocho meses, Caballero asumió el protagonismo. “Al no tener garantías de seguridad al mil por mil decidimos que la grada no se utiliza. Le digo a los aficionados que lo entiendan, que es para proteger la vida de las personas”, afirmó el alcalde, que descarga toda la responsabilidad en una empresa subcontratada por la adjudicataria de la reforma.
Afición visitante. Entre los trastornos que provoca este contratiempo está la cancelación de viaje de los aficionados colchoneros. Iban a ser ubicados en Río Alto. A última hora se han quedado sin plan de fin de semana en las Rías Baixas.
Alcalde “Tomo esta decisión para proteger la vida de las personas”