Márquez no tiene límites
No soy muy de estadísticas en el deporte, lo reconozco. Me muevo más por sensaciones, por emociones, por esos detalles irrepetibles que elevan a la categoría de gesta a quienes los protagonizan. Sin embargo, cuando un piloto alcanza hitos al ritmo que lo hace Marc Márquez, no me queda otra que sucumbir a esa dictadura de los números. Ganar nueve veces consecutivas en el circuito alemán de Sachsenring roza lo increíble, además de igualar el récord de una leyenda como Giacomo Agostini de cuando el motociclismo era algo diferente a lo que hoy conocemos, no diría que menos exigente pero quizá sí menos competido en términos absolutos. El catalán del Repsol Honda parece no tener límites y yo afirmaría sin pudor alguno que ya es el mejor piloto de la historia a su edad. Pronosticar hasta dónde llegará en su progresión se me antoja un atrevimiento. Con su palmarés, en ocasiones se pasa por alto que tiene sólo 25 años, así que tomando la referencia de otro grande como Valentino Rossi podríamos aventurar que seguirá compitiendo otros tres lustros si se le antoja. Y creciendo, claro está, porque cada año nos sorprende siendo más completo, más listo y más habilidoso. Su estrategia para la carrera de Alemania, que incluso se permitió el lujo de adelantar ante las cámaras de televisión, roza la perfección en el planteamiento pero sobre todo en la ejecución. Si Márquez es uno de los pilotos más valientes que he visto en mi vida, creo que es incluso más inteligente. Una combinación difícil de superar y que está marcando una época en el Mundial.
“AFIRMARÍA SIN PUDOR ALGUNO QUE YA ES EL MEJOR PILOTO DE LA HISTORIA A SU EDAD...”