Las caras largas en la zona mixta y los brillantes ojos de Rodrigo
■ El Valencia la acaba de liar en el histórico ‘Walkford
Stadium’. Evidentemente el duelo contra el Young Boys no pasará a la historia ché. Pero la sensación con la que salieron los futbolistas valencianistas del vestuario, tras el partido, no la olvidarán fácilmente.
Tras Jaume y Lato, que salieron los primeros, el siguiente que asomó por la puerta rumbo al autobús fue
Rodrigo. Silencio, cara larga, mirada de reojo al monitor donde Marcelino daba sus explicaciones… Tenía que hablar en zona mixta pero pasó de largo ya que el técnico aún no había acabado. Se sentó al autobús con la mirada en el móvil, justo antes de dejarlo a un lado y mirar por la ventana, sin enfocar en nada concreto.
Tras unos minutos, el hispano-brasileño volvió a la zona mixta con pocas ganas de hablar. Pero lo hizo. Con un discurso educado e irregular dio las explicaciones pertinentes a los medios, o más bien a los aficionados que en Valencia habían presenciado el sainete de segunda mitad.
Pero lo más llamativo no fueron las palabras sino la comunicación no verbal que desprendía. Decepción, sentimiento de culpa, responsabilidad… Los ojos lo decían todo. Abiertos pero brillantes denotaban una mezcla del esfuerzo y la rabia de estar dando explicaciones de algo que habría deseado que no hubiera sucedido.