Un Boca-River que paraliza el mundo
La Bombonera abre la primera final entre ambos en la Libertadores
El mundo del fútbol abre en Buenos Aires una página nunca antes leída. El barrio de La Boca se viste de gala para asistir a la primera final continental entre los dos equipos más grandes de Argentina, quizá de Sudamérica: Boca y River. Nunca antes en los 58 años de torneo estos dos colosos disputaron entre sí la final de la Copa Libertadores. Clubes que van más allá del fútbol; son recuerdos, colores y escudos que casi exigen una militancia social y cultural.
Seis veces vio salir campeón a Boca y tres a River esta Champions de América, pero jamás disfrutó de una final entre ambos. La reglamentación lo impedía, pues cruzaba a conjuntos de un mismo país en semifinales para asegurar dos representantes de distintas nacionalidades en la final.
Eso ha cambiado, como también cambiará el hecho de que el título se dirima a ida y vuelta. Esta final, de hecho, es la última en dicho formato y a partir del año que viene habrá partido único en sedes rotatorias, como en Europa. Boca y River tendrán el privilegio de cerrar las finales dobles. Habrá Superclásico en la Bombonera hoy y revancha en el Monumental dentro de dos semanas. El campeón tendrá el premio de jugar en diciembre el Mundial de Clubes, en el que espera, entre otros, el Real Madrid.
Buenos Aires, con una reunión del G20 prevista a final de mes −lo que ha llevado a adelantar fechas y pasar ambos partidos a sábados en vez de a miércoles− se prepara para una locura que sólo en Argentina es posible. El partido tendrá relevancia Mundial. Casi 2.000 medios se han acreditado, pero sólo 191 tendrán el privilegio de cubrirlo in situ.
La Superfinal, como se ha bautizado, es equiparada por muchos con lo que en Europa sería un Madrid-Barça por la Champions. Futbolísticamente está lejos, pero en cuanto a
Histórico Primera final continental entre ambos y última a doble partido
Orígenes Fueron creados por inmigrantes italianos instalados en La Boca
rivalidad quizá lo supere. Boca y River son adversarios desde su creación. Ambos fueron fundados por inmigrantes italianos instalados en La Boca y sólo un partido entre ellos decantó cuál se quedaría allí. Boca ganó y obligó a River a mudarse a Núñez, barrio más selecto, lo que creó para siempre su apodo: Millonarios.
La pasión y el orgullo han llevado a Boca y River a la final más emocionante de siempre. Boca jugó peor para llegar hasta aquí, pero encontró en Benedetto, Pavón y Ábila los goles que le salvaron. “Ganar a lo Boca”, se denomina. River, famoso por su “Paladar Negro”, la apuesta por un juego vistoso, puso más fútbol con buenos peloteros como Palacios, Pity Martínez o Quintero aunque le salvó el VAR en las semifinales ante el último campeón, Gremio. Todo eso ya no importa. La final de las finales arranca hoy. El enfrentamiento entre bosteros y gallinas, entre xeneizes y millonarios, entre entender la vida de una forma o de otra. Eso es un Boca-River. Ninguno como este.