Gameiro pone en ventaja
El exsevillista dio un gol y anotó el 2-2 cuando el Betis sa
Kevin Gameiro, un exsevillista que ya había amargado varias noches al Betis vistiendo la camiseta de Nervión, asistió en un gol y marcó otro para darle un vuelco a una eliminatoria que hasta el minuto 70 tenía un extraordinario color verdiblanco por dos goles de Loren Morón y Joaquín, olímpico el del portuense. Cheryshev apretó la eliminatoria cuando el Valencia parecía ya en la lona y pudo incluso poner la cosa mucho más che que cuando mandó un balón franco al larguero llegando al descuento del partido. Pero faltaba Kevin, que combinó con Rodrigo para poner el 2-2 en el suspiro final. Cualquier victoria, además del empate a cero y a uno, serviría en Mestalla a los de Marcelino. El Betis necesitará ganar o igualar con muchos tantos para poder jugar la final en su estadio.
Empezó valiente el equipo de Setién, más dominador y animado por un Villamarín hasta la bandera, pero una tempranera lesión de Bartra pareció templar el ambiente. Joel Robles, que se reivindica en la Copa, le metió una mano milagrosa a Rodrigo y luego entre su manopla y el larguero salvaron un cabezazo de Santi Mina.
En la cabeza de Loren estuvo la fe del Betis, al que a menudo se acusa de abusar del tiqui-taca por culpa de su gurú Setién, pero que con el entrenador cántabro maneja bien todos los registros. Como la contra, que le proporcionó su primera gran ocasión cuando el partido enfilaba la media hora. Canales, el mejor de su equipo como casi siempre, mandó un centro limpio al segundo palo y allí remató de manera acrobática Guardado. También aprovecha este equipo de Quique la estrategia. Llegando al descanso, Joaquín sacó en corto, Canales la mandó al segundo palo y Sidnei rescató el balón para que Loren hiciera el 1-0 (45’). Gol psicológico.
Porque aunque el Valencia salió de nuevo arriba, pese a que Mina volvió a probar a Joel, fue otra vez el Betis el que marcara a balón parado, auténtica psicosis para los visitantes en esta ida del Villamarín, con Jaume demasiado metido bajo palos. Tanto, que lo hizo junto al balón cuando Joaquín la puso de maravilla desde el córner y el VAR aclaró que la pelota había entrado. Golazo y éxtasis en Heliópolis.
Pero los cambios de Kondogbia y Gameiro surtieron efecto. Poder francés. El pivote robó un puñado de balones fundamentales, con Carvalho impreciso, y el delantero aprovechó los huecos. Primero, para asistir a Cheryshev y luego, cuando parecía que todos daban por bueno el 2-1, para hacer el gol que da ventaja al Valencia en la vuelta de Mestalla, el 28 de febrero.
El Betis del tiqui-taca marcó sus dos goles en dos jugadas a balón parado
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