La defensora es clave en esta selección de Vilda

Marta Corredera tiene muchas tablas por su larga carrera futbolística a pesar de tener tan sólo 27 años. Ese bagaje se lo han dado, en parte, los grandes clubes en los que ha jugado desde que era pequeñita: Sabadell, Espanyol, Barcelona, Arsenal Ladies, Atlético y actualmente

Levante. “No me puedo quedar con uno. Cada equipo en el que he jugado me ha aportado unas cosas”.

El trabajo y la constancia durante todos estos años le hicieron tener un hueco pronto en la

Selección española. Lleva acudiendo con asiduidad desde 2013. Es una de las pocas jugadoras que tiene el lujo de llevar más de 50 partidos vistiendo la elástica de la Selección. Participa en esta cita mundialista con la experiencia de haber jugado antes otro Mundial (Canadá 2015) y la Eurocopa (2017). Aunque esto no es nuevo para ella, reconoce que hubo nervios en el debut ante

Sudáfrica: “Nos pasaron factura, no parecíamos nosotras. Lo bueno es que supimos sufrir y reaccionar”.

La catalana es tan activa dentro de los terrenos de juego como lo es fuera de ellos. También tiene respuestas para todo sobre lo que se le pregunte. Igual que sobre el césped. En el debut ante Sudáfrica firmó un gran partido y fue una de las soluciones que usó Vilda para remontar el mal inicio de La Roja. El seleccionador, tras el descanso, decidió cambiarla de banda para poder tapar mejor a Kgatlana, una tortura para las españolas. Le funcionó, igual que en otras ocasiones le ha funcionado ponerla más adelantada, jugando de extremo. En esa posición logró, además, firmar dos

goles en la fase de grupos para el Mundial. La versatilidad es uno de los adjetivos que destacan en Marta. Su juego se basa en contener a los rivales. No sería una sorpresa si ante Alemania adelanta su posición en el campo para reforzar la medular.

Uno de los puntos fuertes de este equipo es la unión. Corredera aboga por ello, siempre con una sonrisa hacia sus compañeras. “Este es el grupo más unido que he visto nunca en esta selección y llevo años aquí. Aunque somos muy competitivas, sabemos que las 23 podemos entrar al campo en cualquier momento”, señala. El techo de esta jugadora está mucho más arriba. Todavía le quedan años antes de dedicarse a su otra pasión: la enseñanza. “Me queda ganar algo grande con España”, reconoce. Corre, como la llaman cariñosamente sus compañeras, dará lo mejor de sí para frenar la potencia alemana. Ella, y las otras 22 más que componen este equipo.