AS (Valencia)

Lunin “Vine al Madrid para jugar y demostrar lo que valgo”

- MARIO CORTEGANA

Andriy Lunin (21 años) se está forjando a base de no bajar los brazos por muy mal que le vengan dadas. Desde que llegó a España, reclutado por el departamen­to de ojeadores del Madrid que lidera Juni Calafat, no lo ha tenido fácil. En su primera cesión, en el Leganés, apenas le dieron una oportunida­d, como ocurrió en la segunda, en el Valladolid. Tanto es así que a mitad de esta temporada, ya como Guante de Oro del último Mundial Sub-20, cambió Pucela por Oviedo, donde ha empezado demostrar de nuevo que ahí hay portero. De todo ello charla con AS un meta al que en el Madrid ven volviendo...

—En España no se le conoce mucho. ¿Cómo fue su infancia?

—Empecé a jugar al fútbol en mi ciudad, muy pequeña, como delantero. Todos los niños quieren meter goles y celebrarlo­s, pero a partir de los ocho años lo hacía en Jarkov, a 100 kilómetros. Viajaba una vez por semana para jugar como portero, aunque entre semana era jugador.

—¿Por qué ese cambio?

—Jugábamos a fútbol sala y, como no me gustaba correr y lo veía una tontería, en sala funcioné muy bien, metí muchísimos goles y tengo bastantes trofeos de mejor jugador, máximo goleador, máximo asistente… Pero en Jarkov el campo era de fútbol 7 y no era para mí, así que estuve tres años así. Luego hice tres pruebas, en el Shakhtar, en una escuela en Jarkov y en el Metalist Jarkov, y elegí al Metalist. Estuve viviendo y yendo a la escuela allí de Sub-12 a Sub-18. No fue duro porque era lo que quería hacer.

—¿Era buen estudiante?

Bernabéu

—Sí, no tenía malas notas.

—¿De qué trabajaban sus padres?

—Mi padre, en un banco y mi madre, para el país, como funcionari­a.

—Y cuando era delantero, ¿a quién imitaba?

—A Cristiano. Mi primera camiseta fue de él.

—¿Y cuando empezó de portero?

—A Casillas.

—¿Cómo se enteró de que le quería el Madrid?

—En la ciudad deportiva del Zorya, después de un entrenamie­nto. Reaccioné muy raro: con mucha felicidad, porque era mi sueño de niño, un poco de preocupaci­ón y un poco de miedo por el club que es… Pero con muchas ganas.

—¿Tenía más ofertas?

—Sí, claro, pero cuando me dijeron “Madrid” no me interesó nada más, me daba igual todo. Y mi club lo sabía. En una semana, más o menos, se cerró.

—Y vino a conocer

Madrid.

—Buah, fue todo maravillos­o.

—¿Algo o alguien le llamó especialme­nte la atención?

—El presidente. No esperaba que Florentino estuviera ahí para saludarme y me dio la bienvenida, me dijo que estaba contento de que llegara y que en el futuro podría ayudar al club. Igual suena demasiado, pero me hizo sentir como si fuera su hijo.

—Y el 23 de julio de ese 2018 le presentan.

—Me pareció un gran detalle. No sabía español, llevaba unos 10 o 14 días estudiando. Cuando me explicaron que tenía que hablar, me ofrecieron hacerlo en ucraniano, español o inglés. Al principio quería en ucraniano, claro, porque no hablaba muy bien inglés y no sabía nada de español… Pero lo comenté con el club y me dijeron que sería increíble si hablaba en español. Eso fue como cinco días antes de la presentaci­ón, así que esa semana estuve estudiándo­me un texto; no gramática ni nada, sólo ese texto. Fueron dos o tres horas por día, o incluso cuatro, para decirlo bien y acordarme porque eran letras nuevas para mí.

—Ahora habla casi perfecto.

—Es que tuve un profesor y estuvimos estudiando duro, dos horas por la mañana y como una hora por la tarde, seis días a la semana durante seis meses. El club me dijo que tenía que aprender más o menos rápido. Esos primeros seis meses casi me explotaba la cabeza (risas). Fue difícil aprender. Luego seguí, pero no a ese ritmo: dos, tres o como mucho cuatro veces por semana. En ocasiones con profesor y otras, solo, sumando vocabulari­o por mi cuenta y tratando de entender mejor.

—A sus compañeros en el Leganés les llegó a decir el pasado mayo que se quedaba en el Madrid. ¿Lo cambió todo la situación de Keylor?

—Fue un poco raro. Yo trabajaba en Madrid porque quería quedarme y luchar por el número 1. Soy joven, pero si vine a este club es porque quiero demostrar lo que valgo. Vine para jugar. Pero con Courtois y Keylor esperar una oportunida­d era bastante complicado y decidimos que tenía que irme cedido para mostrar mi nivel. Al poco tiempo Keylor se marchó…

—¿Qué pensó?

—Nada. Es su carrera y elige lo que quiere y como quiere, lo mejor para él. Es la vida.

—Un año antes, en la pretempora­da de 2018, entra por primera vez a ese vestuario, lleno

Ídolos “Mi primera camiseta fue de Cristiano; luego imitaba a Casillas”

Florentino “Me sorprendió, me hizo sentir como si fuera su hijo”

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Lunin, en un entrenamie­nto con el Madrid.

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