Xavi tiene un don para contar fácil lo difícil y Capdevila es ilusión y cercanía”
—¿Qué buscaba con ‘Los secretos de La Roja’?
—Nuestra intención no fue descubrir nada. La historia ya estaba ahí. Queríamos recordar la gesta y aquella Selección, las claves y la unión que nos hicieron campeones. Desde un punto de vista deportivo y también social. El que mejor lo definió fue John Carlin con
El factor humano, que es una historia que me fascina. Una visión muy interesante que trasciende el deporte y que habla de quiénes somos y de cómo nos enfrentamos a las dificultades.
—El peso de la fortaleza mental como factor diferencial.
—Cada jugador había vivido pequeñas historias de superación. Como la de Pedro que es como el cuento de La Cenicienta en su mejor versión actualizada. Una locura que en un año pase de Segunda B a ser campeón del Mundo siendo protagonista. O la historia de la depresión de Iniesta, que es la más conocida, pero quizás la más difícil. La mente juega un papel fundamental en el deporte y en la vida. Nos llamaban mucho la atención estas microhistorias, esas luchas individuales al servicio del conjunto.
—¿Cuál le ha llegado más?
—Por su personalidad, el resultado y el componente dramático como la pérdida de un amigo, diría la de Iniesta. Dedicarle el gol al amigo fallecido en el mejor momento de tu vida deportiva, tener ese recuerdo, esa epifanía, es una de las historias más bonitas y uno de los mejores ejemplos de superación personal del deporte a nivel mundial. Es muy fácil contarlo, mucho más difícil vivirlo.
—Diez años después muchos aún se siguen emocionando...
—Sí, porque yo creo que el Mundial fue mas duro que lo que pareció. Representaban a todo un país en un momento difícil, les llegaba la ilusión y eso se convertía en presión. Todos fueron fundamentales, pero Iniesta y Casillas, con el que se fue muy duro, vivieron dos Mundiales muy especiales. En los momentos clave salvaron al equipo. Recordar ese momento álgido en esta transición que viven es importante y afloran los sentimientos. —¿Cómo fue el rodaje y qué jugadores se mostraron más cómodos ante las cámaras?
—Xavi tiene un don para contar de una manera muy fácil las cosas difíciles. Fue fundamental. Capdevila sobre todo muestra ilusión y cercanía, como si todavía no se lo hubiera terminado de creer. Conecta muy bien con el público. Navas nos acogió muy bien en Los Palacios. Fue muy fácil trabajar con él.
—La cinta cierra con el recuerdo a Aragonés y Robinson.
—Sí. No se llegó ahí de la nada. Había ya un camino hecho. Nos parecía que Aragonés había sido muy importante. Y Michael Robinson porque creo que ha aportado mucho al fútbol. Nos ayudó a quererlo y a entenderlo mejor. Era justo compartir esta historia con él.
—El documental deportivo vive un boom y llega a gente que no es aficionada al deporte.
—Hay un elemento fundamental de desconexión. Lo hablaba con Segurola. La gente tiene derecho a desconectar. El documental de Jordan no habla solo de deporte, sino de cómo eran la relaciones humanas dentro de ese equipo, la personalidad de una leyenda. Aquí intentamos trasladar también ese concepto. Que se entendiera que aquel éxito no era un éxito deportivo, sino el éxito de todo un país. Aquella Selección levantó nuestros ánimos y nos hizo creer. Todos estuvimos unidos en torno al Mundial.