El Madrid se preocupa
Apesar de la victoria en el derbi, el último partido antes de la Copa no fue muy esperanzador para el Madrid, al que le aguarda el jueves el Valencia, un coco. Preocupación no solo por el juego, en el que cada vez se acentúa más la dependencia de Tavares, sino por una cascada de problemas físicos que encienden las alarmas. Llull, Laprovittola y Rudy faltaron ayer, pero es que Taylor y Garuba abandonaron el duelo con dolencias musculares.
La presencia gigantesca de Tavares, el regreso de Carroll, el paso al frente continuado de Alocén y el buen hacer de Causeur impulsaron a los blancos. Al Madrid le bastó con su puntería en el triple (12 de 25) y buenas fases atrás para escaparse en el cuarto periodo. Suficiente para contrarrestar que solo embocara el 40% de sus lanzamientos de dos, que apenas repartiera 12 asistencias y que cogiera diez rebotes menos. Al Movistar Estudiantes, por su
Los blancos tiran de oficio para batir al Estudiantes mientras suman nuevas bajas Alocén y Causeur mezclan bien
parte, no le dio con el empuje de Avramovic, un Delgado en forma y un ratito de Barea en el segundo cuarto para plantar cara todo el tiempo (3 de 18 de tres).
Alocén se presentaba como único base puro. Ni tan mal. Luego tuvo el relevo de la pareja Abalde-Causeur antes de juntarse con ellos para resolver. En el arranque, el zaragozano rompía en el bloqueo y continuación. La intimidación de Tavares y la hiperactividad de Carroll (10 puntos en 9 minutos y rapidísimo de movimientos 11 días después de sufrir un fuerte esguince) hacían el resto. Un triángulo letal para el Estu, que caía por 13 (12-25). Sin sus tres pilares, el Madrid se desvaneció. Abandonó mentalmente el choque mientras que la pareja Barea-Delgado no paraba de conectar para un parcial de 23-8 que curaba cualquier herida.
El Estudiantes salió fuerte en la segunda parte. Cargaba con tres faltas a Tavares y se veía arriba: 38-35. Sus bajísimos porcentajes le llevaron a soltarse de la cuerda. Al contrario que su rival, al que los triples le dieron un impulso definitivo mientras bailaba al son de los tapones de Tavares (5). Hay un Madrid con Edy y otro sin él, y el primero juega en otra liga.
Laso apostó en el tramo final por el trío Alocén, Causeur y Abalde en el perímetro. Funcionó. Muy bien el escolta francés. El Real cruzó la meta sin sobresaltos en el partido 734 de su entrenador, tantos como Lolo Sainz y más que ningún otro. El Estu, que puso a cinco canteranos en pista, no tenía más que ofrecer en su segundo encuentro en 40 días. Ahora, le toca un nuevo parón, pero por un motivo más amable: la Copa.
JORNADA 23ª