El gol más celebrado en Mestalla cumple 50 años
El estadio del Valencia ha vivido muchos momentos de gloria, pero ningún gol desató tanta locura como el que marcó Forment en 1971 al Celta en el minuto 92
EI 28 de marzo de 1971, hace hoy 50 años, en Mestalla se celebró un gol como jamás se ha celebrado otro. Es el gol eterno de Forment. Se lo marcó al Celta de Vigo en el 92’, de córner tras centro de Sergio. No fue el último de aquella Liga, que conquistó tres semanas después en Sarriá el Valencia que presidía Julio de Miguel y entrenaba Di Stéfano, ni tan siquiera el único que llegó con agonía en ese final de Liga (solo una semana después, en Sabadell, Antón marcó el 0-1 en el 89’). Pero aquella primaveral tarde aconteció en Mestalla una explosión de júbilo nunca vista antes ni después.
Luis Casanova, hijo del legendario y más laureado presidente del Valencia, lo recuerda así: “El gol no lo vimos, el gol lo sentimos; teníamos por costumbre irnos de nuestros asientos de Tribuna unos minutos antes de acabar cada partido, si no era imposible salir del estadio con mi padre, y el gol nos pilló en los vomitorios, así que lo que realmente vimos fue la locura de la gente, nunca vi nada igual, ¡qué algarabía!”.
El periodista y escritor Paco Lloret, que tenía 11 años, estuvo también con su padre en la fila 11 del sector 4 de Numerada. “No vi un gol, vi un milagro”, comenta. “Lo que pasó fue tremendo, caían almohadillas de lona, que eran muy pesadas, desde todos los rincones; mi padre me protegió con su gabardina, la grada temblaba, tracas, invasión de campo… llegué a asustarme, la verdad”.
En Mestalla se produjo la tormenta perfecta. El Valencia, líder, tenía a tiro ganar la Liga 24 años después; 60.000 personas en sus gradas, época en la que los aficionados iban con tracas al fútbol como ahora van con pipas; Atlético y Barcelona, sus rivales por el título, habían ganado en Gijón y San Sebastián, así que el 1-1 que se daba en Valencia les dejaba terceros. Además el ambiente se había caldeado porque el árbitro, Gómez Platas, anuló dos goles a Forment por fuera de juego, el segundo en el 89’. Pero en el 92’ Sergio sacó un córner y Forment remató a gol.
El escritor Paco Gisbert tenía 8 años y lo vivió en la segunda fila de Tribuna. “El balón entró como a cámara lenta y miles de almohadillas volaron; decenas de aficionados saltaron al campo porque en la grada les faltaba espacio para botar; ni los ‘grises’ actuaron porque no había malicia, solo felicidad”. Como escribió en su crónica para AS, Eduardo Bort: “Se recordará tiempo la impresionante reacción del público, por increíble e inusitada”. 50 años lleva recordándose.
Casanova “Nunca vi nada igual, ¡qué algarabía entre la gente!”