Nagelsmann se marcha del Leipzig sin ganar ningún título
Julian Nagelsmann se despedirá de Leipzig sin colocar ningún título en las vitrinas de la Red Bull. Lo impidió el Borussia Dortmund de Edin Terzic, que se impuso por 1-4 tras arrasar a la contra a su rival en la finalísima de la Pokal gracias a dos dobletes de Haaland y Jadon Sancho, letales en sus apariciones en el área rival. Para el astro noruego, después de proclamarse campeón de Austria con el Salzburgo, supone el primer gran título de su todavía muy joven carrera. Es el primero de muchos.
Las finales no se juegan. Se ganan. Tenía más experiencia el Borussia Dortmund en este tipo de acontecimientos y fue a ganar desde el pitido inicial. Pilló en ayunas al RB Leipzig, que a los cinco minutos de partido ya se vio por detrás en el marcador. Fue Sancho el que materializó, a las mil maravillas con la diestra, la primera transición rápida por parte del BVB. Pilló desprevenido al conjunto dirigido por Nagelsmann. Y lo pagó caro.
No tardaron en recomponerse los sajones. Los toros rojos tuvieron más el esférico en su poder, lo circularon con certeza, pero no lograron poner en evidencia a la zaga borusser. No le importó a los de negriamarillo, que fueron los más listos de la tarde-noche en la capital alemana. Nada más recuperar, los pupilos de Terzic salían como balas y Haaland, en su primera aparición ante el meta Peter Gulacsi, aumentó la renta para las abejas con toda la potencia que encarna. Otra contra letal del Borussia terminó en el tercero, obra de Sancho, que no subió al marcador del Olímpico de Berlín hasta que el VAR corrigió el fuera de juego señalado por parte del asistente. Se lamentaba Nagelsmann en el banquillo del Leipzig, que vio
Adiós
cómo los suyos fueron a por el tanto que les volviera a meter en el partido nada más comenzar la segunda mitad pero, una y otra vez, se topaban con la zaga negriamarilla.
Reacción. Comenzó a aparecer Dani Olmo en las inmediaciones del área del Dortmund. Sabitzer fue viendo puerta también. Nkunku estrelló el cuero en el travesaño. Fue un monólogo por parte del RB en el segundo tiempo que, finalmente y tras un grave error de Giovanni Reyna a puerta vacía, obtuvo la recompensa en un zurdazo de Olmo que rompió la red del marco protegido por Roman Bürki. Quedaban 20 minutos. Y el
Leipzig puso toda la carne en el asador. Necesitaba otro tanto para volver a meterse en el partido. Lo tuvo Nkunku. Pero el que marcó fue el de siem- pre. Haaland. Tras la enésima contra. Medio cayéndose. Sin darle al balón de lleno. Pero entró. Siempre entra. Y la Pokal, por quinta vez en la historia, volvió a Dortmund.