Al Sevilla

vasco y por eso hizo dos cambios entre tiempos. Rakitic y Lamela, que se esperaban de salida, tenían medio partido por delante. Como Jankto, el último en llegar, tan llamado como Vitolo a dar un salto de calidad a este equipo. El Getafe salió mejor del vestuario y Damián sí vio de cerca el gol con un disparo sorprendente.

Cuando Lopetegui se giraba, encontraba todo tipo de soluciones, así que fue variando. Rafa Mir e Idrissi sí consiguieron el efecto esperado y el Sevilla fue volcando el partido hacia la portería de Soria, que tuvo que hacer un paradón a cabezazo de Diego Carlos para mantener las tablas. Fue lo más cercano a un gol que se había visto en toda la noche. Tras esa acción, Míchel admitió la inferioridad técnica y decidió arroparse quitando un delantero y otorgando a Aleñá plena libertad entre líneas que no llegó a aprovechar.

Posible penalti. Para que no faltase la discusión sobre el VAR de cada día, en el tramo final el Getafe reclamó un penalti por una mano fantasma y el Sevilla lamentó que las líneas abortaran un gol de En-Nesyri. Hasta hubo un momento para el cambio de balonmano y la salida de Timor para lanzar una falta que no llegó a buen puerto, entre otras cosas, porque la barrera no cumplía la distancia reglamentaria. Después el Getafe tuvo una duda, fue blando en el inicio de la jugada y Lamela hizo sangre y puso líder a su Sevilla.