Subidón “de motivación” en la vuelta de Maverick
El de Roses se estrena con Aprilia en MotorLand
Como niño con zapatos nuevos, que diría un clásico. Así de contento se vio a Maverick Viñales vestido de Aprilia y a escasas horas de debutar en un gran premio al manillar de la RS-GP. MotorLand es el lugar señalado y en la rueda de prensa de los jueves, fue el principal foco de atención. Porque se precipitó su regreso tras el adiós a Yamaha, suponiendo esta vuelta “un alivio, porque tenía que hacer algo distinto”. “Estaba en un momento de bloqueo y tenía que pasar página. Esta era la ocasión, se me presentó y cuando hice el test, quería competir, porque me sentía bien sobre la moto”, relata el de Roses, acerca de una decisión que vio clara desde el principio y que adquirió fuerza después de un subidón “a nivel de motivación” tras el primer podio de los de Noale en la era MotoGP: “No había ninguna razón para quedarse en casa”. Y eso que hasta ahora, toda su trayectoria junto a la estructura italiana ha estado centrada en la adaptación a la moto, con especial atención a la “entrega de potencia, que es muy importante y que no resulta fácil”.
Aleix “Confío mucho en él, hablamos de hasta dónde podemos llegar”
Convencido. Ni siquiera hizo falta la labor de Aleix Espargaró, el encargado de subir a la Aprilia al cajón en Silverstone, para que Maverick confiase en un proyecto que después de mucho esfuerzo y paciencia comienza a despegar: “Aleix es importante, pero no ha tenido que convencerme. Confío muchísimo en él y en lo bien que funciona la moto. Siempre me ha apoyado y eso es importante. Más que convencerme de si esta moto va bien o no, él y yo hablamos de hasta dónde podemos llegar”. Sus palabras demuestran que la fe es ciega hacia una estructura que siempre fue su primera opción: “Nunca he pensado competir en SBK porque tenía otro objetivo en mente, que es el que hemos conseguido”. Y ahora, una vez logrado, solo le queda “aprender mucho y rápido, que es lo más importante”.