Desatascos Llull & Hanga
El capitán y el alero húngaro resuelven el debut del Madrid ante el Burgos con un parcial de 11-2 Poirier, 5 tapones
Para abrir la Liga, el Madrid como el Barça: triunfo sin alardes frente a un rival combativo y con arrojo, un Hereda San Pablo Burgos que busca no parar de crecer, ahora con Zan Tabak en el banquillo. La solidez de Poirier (11 puntos, 9 rebotes y 5 tapones), el buen encaje de Hanga, con una marcha más que en el Barça de Jasikevicius, y la aparición desequilibrante de Llull (dos triples seguidos para desatascar el pulso) evitaron la sorpresa. Hubo emoción, defensa y faltó mucho acierto, vendrán días mejores cuando se complete la puesta a punto y regresen Rudy y Abalde.
Después del subidón de adrenalina de la Supercopa y la catarata de emociones posterior, tocaba vuelta a la pretemporada, que se había quedado a medias con el viaje a Tenerife. Toda una semana de preparación en casa, y más que del partido en sí, de un curso entero, por lo que no era de extrañar un bajón competitivo.
Los blancos ofrecieron el trofeo a su afición y se entregaron a un intercambio de golpes, donde el San Pablo Burgos aguantó el tipo con el único pero de los 8 rebotes cedidos bajo su aro en la primera parte. Esas capturas extra mantuvieron al Real por delante pese a su flojito 4 de 14 de tres (8 de 27 al final). Kravic batía de salida en las continuaciones a Tavares, mientras Yabusele y Hanga eran los mejores de entre los nuevos, con Heurtel dubitativo y fallón y Williams-Goss apocado. Poirier mejoraba a Tavares, Llull clavaba dos triples en 27 segundos (31-26), subibajas en un duelo algo plano en el que el debutante Kullamaee dejaba una grata impresión a la espera de Renfroe.
El tercer cuarto era el del ala-pívot Braimoh. Le contestaba Williams-Goss, que es de ir in crescendo, más de desenlaces que de inicios. El Burgos había logrado cerrar su tablero e invertir la batalla de los rechaces, su vía de agua estaba ahora en las pérdidas de balón, que aireaban al Madrid con alguna canasta fácil y veloz, donde Hanga se maneja muy bien.
El húngaro abrió con un triple una racha que hizo crecer Llull con otras dos dianas de tres en apenas medio minuto. El parcial rompedor de 11-2 (68-61) lo rubricaron ambos con un amago de tiro de Llull que acabó en asistencia para la bandeja de Hanga. El Burgos vio la gloria cerca frente a un Madrid fallón que dio el giro de tuerca a tiempo en defensa para salvar el estreno liguero. Un último cuarto en el que Poirier colocó cuatro de sus cinco tapones. Toca seguir con la pretemporada, al menos unos días más.
JORNADA 1ª