Aquellas diferencias entre Kubo y Emery
La evolución del japonés rebate su pasado
Kubo es en el Mallorca el jugador que quería Emery en el Villarreal. Bellerín da nuevos espacios a Fekir y Canales y el Alavés no controla el balón parado.
Así se juega. De Kubo lo esperamos todo. Hay algo en él que transmite que quiere ser jugador grande de verdad. Su fútbol pesa más que su apariencia y su contrato es con el talento. Tiene creatividad, pase, regate, agilidad mental... No es que Emery
no lo viera la temporada pasada, es que todavía no era su momento en un equipo como el Villarreal. La visita amarilla al Mallorca comprobó la progresión del japonés. Se trata de crecer cada día. En un contexto difícil para él, Kubo dio la talla en todos los frentes. Tuvo que remangarse ante el control del Villarreal y la amenaza de Estupiñán, sin perder de vista tampoco a Trigueros.
Lo hizo con escrupulosidad. Apenas Babá y Valjent recuperaron más balones que él (seis). Cuando el Mallorca equilibró el choque, Kubo sobresalió. Por él se agitaron las transiciones (35 toques, ningún pase errado, tres ocasiones creadas como la que regaló a Dani Rodríguez...)
que hicieron coquetear al Mallorca con el triunfo. Kubo es hoy mucho más futbolista que hace un año. Ayuda en defensa, tiene el desparpajo de siempre y es cada vez más eficaz en sus acciones. Si ahora estuviera en el Villarreal, no se sabría nada de sus desavenencias futbolísticas con Emery.
El lateral necesario. Al Betis se le escurrió la victoria contra el Espanyol, pero ni el resultado atenúa los ratos de gran fútbol que dio. El equipo de Pellegrini se soltó a jugar, como viene haciendo desde tiempo atrás, y solo se vio castigado por las áreas. Les pasa a muchos equipos, no se crean. El concurso de Héctor Bellerín (26 años) tiene mucho que ver en este nuevo impulso bético. Fuera Emerson, lesionado Sabaly y con Montoya en la diana, el Betis necesitaba de un lateral que participara tanto sin balón como con balón. Las apariciones de Bellerín, irreductible en el 2-1, dan más de lo que parecen. Si el Betis logra abrir el campo,
Canales y Fekir tienen más espacio en el interior. Y ante el Espanyol ocurrió por ambos costados –el 41,4% de los ataques por la izquierda y el 36,6% por la derecha– con un Bellerín determinante.
Rematar desde el banquillo. Ningún jugador del
Sevilla estuvo tan cerca del gol ante la Real Sociedad como
Rafa Mir (24 años). Ni Remiro sabe cómo sacó con su cuerpo el disparo del delantero, que se ha transformado en un revulsivo para
Julen Lopetegui. Seguro que no anda a gusto del todo con esta condición, pero a Rafa Mir no le queda otra que seguir este camino para ver si alcanza la titularidad. Tirar la puerta disparando más que nadie. Es el suplente de las cinco grandes ligas que más remates realiza (nueve). Lo hace cada ocho minutos, la cifra más baja también de todo el panorama europeo.
Cuando todo va en contra. Tiene un partido menos, pero el inicio no puede ser peor. El Alavés sigue sin sumar, incapaz de reaccionar cada vez que recibe un golpe. El encuentro contra Osasuna
resultó muy significativo. Sin ser inferior, en un duelo en el que pasaba poco, se vio por detrás en el marcador con un gol de córner de David García,
que ya marcó de la misma forma al Cádiz. Es el segundo tanto desde la esquina que encaja el conjunto de Calleja.
Cuando vienen mal dadas, el control del balón parado resulta imprescindible. No se pueden perder partidos de esta forma.
Rafa Mir El suplente que más remata de las cinco grandes ligas