AS (Valencia)

Croacia es demasiado

La selección balcánica tumba a una digna España antes del dobles y silencia el Martín Carpena Australia, su rival en las semifinale­s

- JORGE NOGUERA MÁLAGA

Alas cuatro de la tarde de ayer, el ambiente en Málaga era de día grande. El Martín Carpena aún no se había llenado, pero el recinto retumbaba con los acordes del himno español. Después, como si de un gol visitante en un estadio de fútbol se tratara, el ambiente se enfrió. Aprovechó la charanga croata para hacerse fuerte. Un ‘Little Zagreb’ en la Costa del Sol. España tenía enfrente un Tourmalet, el equipo número uno del ranking ITF, en las Finales de la Copa Davis, y no consiguió hollar la cima. Roberto Bautista resbaló ante Borna Coric en el duelo de números dos (6-4 y 7-6 (4) en 1h58) y Cilic, en el envite entre primeros espadas, dio la puntilla frente a un Carreño titánico, que echó el resto sin mayor recompensa que una derrota digna (5-7, 6-3 y 7-6 (5) en 3h16).

El gijonés era un funambulis­ta surcando una cuerda floja. No se podía permitir ningún desliz y fue consecuent­e con ello en el primer acto. Cilic no tenía el día al servicio (48% de primeros) y, tras salvarlo hasta en cinco ocasiones, al final lo entregó para un 3-2 efímero, porque Carreño no consolidó el break. Tendría otra bala en el momento decisivo, con 6-5 arriba. Rompió en blanco e hizo valer su saque acto seguido. España tenía algo a lo que aferrarse.

Pero la película empezó a torcerse de nuevo en el segundo. Se le hacían largos los juegos en los que llevaba la iniciativa al número uno de la

Armada. Y lo inevitable acabó ocurriendo. Cilic demarró en el quinto y cerró la manga sin problemas, mandando el duelo a un tercer set que se tornó agónico. Especialme­nte tras un quiebre que le dio la ventaja: 2-1. Lo contrarres­taría enseguida Carreño, que empezó a sacarse algunos golpes absurdamen­te geniales de la chistera. Pero cedió su saque por cuarta vez en una pequeña desconexió­n y se asomó al abismo, con 3-2 en contra. Tampoco entonces tiró la toalla.

A Cilic se le encogió el brazo viéndose ganador. Pablo volvió a igualar, 4-4. Se llegó al tiebreak y el asturiano encendió el Carpena con una secuencia de cuatro puntos de cinco a favor, aprovechan­do que su rival seguía zozobrando. Al final los nervios cambiaron de bando. Marin hiló tres puntos seguidos, empató, puso el 6-5 con su saque y Carreño mandó más allá de la línea de fondo los sueños de España en estas Finales que se le torcieron antes de empezar. No hizo falta la intervenci­ón del temible dobles croata.

Bautista. Comenzó parejo el primer pleito, con ambos jugadores contempori­zando. Poco riesgo. Un cuarto de hora para los dos primeros juegos. Los dos invertían mucho esfuerzo en mantener su saque. A partir del tercero la cosa cogió ritmo. Se sucedían los puntos sin novedad hasta que en el séptimo llegó el break visitante. Lo consolidó Coric. Aunque Bautista apretó con 5-4, no consiguió doblegarle. La primera manga se escapó.

Se aligeró el duelo en la segunda, interrumpi­da momentánea­mente a la mitad por dos espontáneo­s, rápidament­e desalojado­s. No hubo ni una sola bola de break en toda la manga. El tie-break se decantó pronto. No hubo remedio.

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Pablo Carreño se lamenta ayer tras fallar un punto en el segundo partido del España-Croacia de la Davis, que le ganó Marin Cilic en el Martín Carpena de Málaga.

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