Griezmann, al rescate
No jugó aún con el Atleti 16-17. Vuelve hoy, en Butarque
No iban muy desencaminados los cientos de fotógrafos que el jueves cubrían el premio a mejor jugador de la UEFA 2015-16. En cuanto apareció Griezmann, todos apuntaron al suelo. Y más allá de sus pantalones tobilleros (son moda, sí) todo el foco lo ocupaban sus pies. Enfundados en unas zapatillas brillantes, son fundamentales para que el Atleti pise fuerte allá por donde pase. Nadie mejor que Simeone lo sabe.
Si alguien hay fundamental en su equipo, ese es el francés. Si viviera en Pulp Fiction, sería el Señor Lobo: toca un balón y soluciona los problemas. Nunca se sabrá qué hubiera pasado si, en la 1ª jornada, Griezmann no hubiera estado sancionado. Lo que sí se sabe es que, en partidos como ese, que la pelota no entra, no y no, otras veces él los arregló. Cuando no está, el Atleti le echa terriblemente de menos. No lo hizo en verano (Eurocopa, vacaciones...) y el Atleti no brilló. No lo hizo ante el Alavés y el Atleti no ganó. Hoy vuelve en Butarque. Y si para un rojiblanco hay una buena noticia es esa: juega Griezmann.
Simeone, salvo su nombre, ha dado vueltas a su once toda la semana. Un día estaba Gaitán. Otro, Augusto (será él). Lo demás permanecía. La defensa con Savic y no Giménez, con Juanfran y no Vrsaljko; el centro, con Gabi y no Tiago (sorprendentemente fuera de la lista); las bandas con Koke y con Saúl. Arriba, lo dicho, Griezmann y el nuevo, Gameiro, que habla su idioma, con la lengua y sobre el césped: los goles. Ganas hay de verlos juntos. Problema sólo uno: Butarque plaza fácil no es.
Fuerte. Garitano, otro técnico espejo del Cholo, fiel al partido a partido y el trabajo como secreto, ha hecho de ese estadio un fortín: en tres años, allí sólo ha perdido cinco partidos (en liga). Hoy se estrena en Primera. Primer partido de su historia en la categoría. Y ante el Atleti. Se gane, empate o pierda, es de foto. Querrá ganar. Atrás rocoso y en el centro fuerte con Pires, arriba Guerrero pica. Tiene, además, un capitán, Mantovani, madurado en la cantera del Atleti y curtido en el frío de León (jugó en la Cultu): es como la cecina, ninguna como aquella. El argentino, con el pelo azul desde el ascenso, es alma de este Lega que busca continuar el sueño de Segunda en Primera. Reciben a los indios de brazos abiertos y la ambición de clavarles el puñal en cuanto puedan. Si los pies de Griezmann lo permiten, claro.